Por lo menos tres desarrollos inmobiliarios están “ahogando” la tranquilidad de Santa Gertrudis Copó, que con las nuevas edificaciones de departamentos y áreas de convivencia común, están “bajando” la presión del agua que requieren los antiguos habitantes de esta comisaría, afirman los antiguos pobladores de ese sector al Norte de Mérida.
“Los nuevos departamentos que se construyen o que ya están listos tienen valor de más de un millón de pesos”, señaló Carmen Cocom Valencia.
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“Son en total 17 departamentos en una zona pequeña, otros 22 al fondo de la comisaría, y 70 en el área pegada a periférico, de modo que estamos hablando de 109 viviendas que requieren agua potable, pero que se está “tomando” del único cárcamo que tiene la comisaría”, afirmó.
Santa Gertrudis Copó se ha convertido en una zona de alta plusvalía, con privadas de elevado valor, así como centros comerciales como Plaza La Isla y otros establecimientos como hoteles y hospitales privados.
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Cocom Valencia, vecina del lugar, recordó que recientemente el pueblo, tomó la decisión de poner un nuevo candado a las rejas del terreno donde está el cárcamo y la bomba de agua y colocó varias lonas con leyendas de advertencia.
Agua intermitente
La señora Gameba Campos España, quien habita por el rumbo de la calle 21-A, no tiene agua entubada. Abre la llave y nada, mientras intenta lavar los enseres domésticos con agua que logró acumular por las noches y madrugada cuando el agua cae a cuenta gotas.
“Llevo viviendo aquí siete años y siempre es lo mismo. Durante el día no hay agua y empieza a llegar alrededor de las 7 a 11 de la noche”, dijo.
En tanto, dijo, uno no puede lavar ropa, los trastes de la cocina ni bañarse en la mañana. El remedio que hemos optado es comprar barriles de plástico para llenarlos durante la noche.
Ella vive con su esposo Kenie Chuc y con una bebé de cuatro años y una adolescente de 15. Pasan apuros por la falta de agua. Lo atribuye a la gran cantidad de asentamientos que están alrededor de Santa Gertrudis Copó y a la gran cantidad de agua que requieren, pero desgraciadamente sólo hay una bomba y un tanque en el pueblo y “todos se cuelgan de el”.
Cocom Valencia dijo que ya pidieron al Ayuntamiento de Mérida que ya no otorgue más permisos para desarrollos habitaciones que están “ahogando” a la pequeña población.
Ahora más que nunca, hay una gran cantidad de automóviles que cruzan la calle para llegar a las plazas comerciales cercanas. Lo ideal, propone, es que cada desarrollo habitacional que ponga su propio sistema de agua potable para que no le quiten fuerza al de Santa Gertrudis Copó.
Pobreza y lujo
La comunidad tiene 665 habitantes y su nombre significa “higuera” o “álamo”. Está a 5 metros sobre el nivel del mar y es también zona vulnerable a inundaciones.
Está rodeado de edificios modernos. Está por ejemplo, uno que alberga a estudiantes de universidades cercanas, el moderno centro comercial La Isla, y viviendas de lujo y hasta privadas como “Trinum”, de donde los vecinos ven salir camionetas de lujo.
Por eso colgaron la manta sobre la reja de acceso del cárcamo de la comisaría: El pueblo determina lo siguiente: “No más desarrollos inmobiliarios, no más multifamiliares, respeto a nuestra agua potable, respeto a nuestros espacios públicos, no más lucro con las tierras de Copó, respeto de los servidores públicos municipales, estatales y federales”.
“Atención, usted se encuentra dentro del polígono de actuación del pueblo maya originario de Santa Gertrudis Copó, con derechos a la autonomía y libre determinación, nos conducen los siguientes artículos, leyes y convenios nacionales, estatales e internacionales: Artículo 30 Constitucional del Estado de Yucatán, Artículo 2 y 2B de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
La ley
Además de eso, agregaron el convenio 169 de la Organización Internacional del trabajo y la Declaración de la Organización de las Nacionales Unidades sobre los Derechos de los Pueblos Originarios.
El Artículo 7: “Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio…en ningún caso podrán secuestrarse los bienes utilizados para la difusión de información, opinión e ideas como instrumentos de delito”.
La comunidad recibe el apoyo y asesoría del Grupo Indignación, y es través de ellos, como ahora se están organizando y defendiendo sus derechos como pueblo originario maya.
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CC