Yucatán

Feligreses causan zafarrancho en iglesia de Seyé; les niegan bajar a San Antonio de Padua

La procesión del Santo Patrono de Seyé fue pospuesta por el sacerdote, lo que causó enojo entre los feligreses, quienes provocaron que sean echados de la iglesia
Inconformes rechazaron la actitud del sacerdote de Seyé, Luis Miguel / POR ESTO!

Lo que debió ser un día de fiesta, celebración religiosa y unión vecinal en Seyé, terminó en un conflicto y el cierre de la capilla, pues a pesar de que ayer estaba programada la misa, bajada y procesión de la imagen de San Antonio de Padua, que marcarían el inicio de las festividades, el recorrido fue cancelado por decisión inexplicable de las autoridades religiosas locales.

De acuerdo con los vecinos y encargados de la fiesta en el barrio que lleva el nombre del patrono, de último momento, se acordó con el párroco Luis Miguel Polanco Chan, que la misa y procesión de bajada se realizaría el sábado a las 10:00 horas, pues por motivos de agenda no se podría realizarse el domingo, como acostumbraba la feligresía.

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Los encargos de los gremios, palqueros, organizadores de la fiesta y vecinos aceptaron y acudieron con decenas de arreglos florales, velas, veladoras y estandartes, así como con voladores y otros juegos artificiales para celebrar el emotivo arranque de la fiesta, que regresaba tras dos años de confinamiento por la pandemia del coronavirus.

Pero grande fue la sorpresa de los católicos cuando se informó que el cura no asistiría a celebrar la misa de bajada, pues se le presentaron otras diligencias; en su lugar se envió a un diácono que ofició la celebración litúrgica, en medio del asombro de los presentes.

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El desacuerdo inició cuando el diácono, los custodios y los tesoreros de la capilla informaron que la decisión unilateral del padre Luis Miguel Polanco Chan fue que la sagrada imagen sólo se bajaría de su lugar en la capilla y se colocaría en el altar, pues por ningún motivo se tendría permiso de sacarla en procesión.

Lo anterior generó desacuerdo entre los fieles y vecinos, quienes ya se habían preparado para el recorrido con la imagen por las calles principales de la colonia. Habían contratado a un grupo de mariachi para amenizar el derrotero, pero la postura del párroco fue que no se sacaría a la imagen.

Al término de la misa, los custodios procedieron a bajar a San Antonio de Padua y colocarlo en el altar, en medio de alabanzas y cantos de los presentes, se dejó entrar a los mariachis para que entonaran algunas alabanzas a ala imagen dentro de la capilla.

Enojados porque se había faltado a una de las tradiciones más importantes de la colonia, los vecinos pidieron la presencia del padre Luis Miguel, pero los encargados se limitaron a decir que no estaba y que su decisión fue que no se sacaría a la imagen bajo ningún pretexto.

Los vecinos intentaron sacar la imagen, asegurando que “el cura no es dueño de la imagen y al final los que deciden en la colonia son los vecinos”. Sin embargo, al intentar bajar la imagen se opusieron el custodio Gaspar Cano y la tesorera Eulalia Díaz Cano.

Tras discusiones y las opiniones encontradas, Díaz Cano pidió a todos que se retiraran de la capilla, pues “no se va a sacar a la imagen por orden del padre”, lo que molestó más quienes querían pasearla como cada año.

Ilsie Cruz Estrella, una de las vecinas, comentó que es una pena que las autoridades religiosas vengan a romper las tradiciones y costumbres de los fieles, pues se trata de uno de los actos de fe y devoción más importantes de la colonia.

Los vecinos rechazaron la actitud del cura, pues aseguraron que quisieron pintar la fachada y paredes de la capilla días antes de la fiesta, pero se sorprendieron de que los tesoreros de la capilla cancelaron los trabajos por orden del cura, por considerar que la pintura no era la adecuada.

“Como vecinos nos unimos para pintar la capilla, pero vinieron y nos dijeron que no se puede, que porque la pintura que conseguimos era de la más barata, entonces ya no sabíamos qué hacer, es una lástima que suceda esto en nuestra fiesta”, reclamaron.

Ante esa situación, optaron por sacar una imagen más pequeña y realizar la procesión con los demás vecinos y el mariachi, lo que demostró que pudo más la fe de los vecinos que la cerrazón de los tesoreros. Sin embargo, los pobladores temen que el cura quiera hacer lo mismo con la fiesta tradicional de San Bartolomé Apóstol, en agosto, y no deje sacar la en procesión.

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CC