El cenote Chiquilá de Río Lagartos dejó asombrados a turistas nacionales y extranjeros que disfrutaron el ojo de agua ubicado al final del malecón, este pequeño oasis está rodeado de mangle que atrae al turismo este verano.
Este hermoso cenote se encuentra justo donde termina el malecón. Se encuentra completamente abierto y rodeado de manglares, sus aguas color verde esmeralda invitan a refrescarse. Tiene un diámetro aproximado de 10 metros y sus aguas desembocan en la Ría, además de que puede apreciarse su ojo de agua que contantemente esta burbujeando.
Cuenta con una escalinata para que las personas puedan descender fácilmente para refrescarse y una palapa por si desea descansar o tirarse unos clavados desde su plataforma.
Numerosas familias disfrutan de este pequeño espacio ubicado a poca distancia del puerto, para llegar a este manantial se recorre el malecón por el lado Oriente, en el sitio se cuenta con varias palapas con mesas y bancas integradas donde se puede pasar un rato agradable con la familia mientras disfrutan del agua dulce de ese paradisiaco espacio y por si fuera poco a un costado se encuentra el restaurante que ofrece al público un amplio menú de pescados y mariscos.
Estas vacaciones el sitio ha empezado a registrar visitas de turistas extranjeros y nacionales, entre ellos, la familia Rojas García, de Ciudad de México, quienes comentaron que decidieron estas vacaciones estar lejos de las grandes ciudades y prefirieron visitar los puertos que se encuentran en esta parte de Yucatán, porque aún conservan su esencia natural.
Entre sus impresiones, mencionaron la calidez de los habitantes del puerto que siempre han sido serviciales, al igual que los guías de turistas bien capacitados y que les ofrecen una amplia explicación de todo lo que observan en el recorrido por la Reserva de la Biosfera.
También, la familia Fabián Martínez, originarios de Tampico, señalaron que este lugar les fue recomendado por conocidos que habían vacacionado en estos puertos.
Expresaron que se llevan un buen recuerdo de Río Lagartos y felicitaron a los habitantes porque aún conservan la esencia de la naturaleza. Estos visitantes refirieron que ahora las familias que viven en grandes ciudades, donde la violencia y la inseguridad es el pan de cada día, estos lugares les resultan un lugar para olvidarse de todos esos problemas y pasar unas vacaciones inolvidables.
Este pequeño sitio, sin duda, es el preferido para las familias que vienen desde poblaciones vecinas, pues bajo los mangles o en las pequeñas palapas se instalan mientras nadan en el manantial.
Alrededor de Chiquilá hay dos senderos, uno denominado “Petén Mac”, que se adentra en lo más espeso del mangle y donde se pueden avistar aves y cocodrilos; el otro conduce a la capilla de la Virgen de Guadalupe y atrás del manantial se cuenta con un sendero y varios muelles que permiten apreciar la riqueza natural de este destino.
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CC