Cerca de un mes tuvo que pasar para que las autoridades retiraran las banderas rojas de restricción en Progreso y comisarías, puestas para mala suerte de una población de más de 2 mil trabajadores del ramo turístico en toda la costa que este fin de semana comenzarán el cierre de año con altas probabilidades de que retorne el turista nacional e internacional a las playas del municipio.
Fueron cuadrillas de la Policía Ecológica las que tomaron parte en estas acciones para recorrer de punta a punta la zona costera y retirar cada una de las banderas que prevenían a los turistas de ser picados por ejemplares marinos o meterse al mar combinado con una tonalidad fuera de lo común y con olor pestilente por las especies que recalaron putrefactas.
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Durante los días de labores a cargo de trabajadores de la Comuna y organismo como la Marina-Armada de México, la cantidad de animales muertos que fueron levantados llegó a registrar 600 kilos en un solo día y únicamente tomando en cuenta la parte turística del puerto como el Malecón de Progreso o las dunas de Chuburná.
Especialistas en el tema adhieren a su estudio del fenómeno que a pesar de que no es una marea roja toxica, los efectos podrían perdurar hasta tres meses más, esto por medio de defectos como el agua de color oscuro y hasta con animales que de manera esporádica recalarían en la orilla del mar.
En cuanto a lesionados por ataques de animales del mar, 36 personas fueron lesionadas, según números que detectó la Cruz Roja Mexicana delegación Progreso en sus puntos de vigilancia, ubicados entre el Malecón Tradicional y el ubicado en las comisarías de Chelem y Chuburná.
Los agredidos fueron en su mayoría turistas nacionales, pues sólo hubo un caso de un extranjero menor de edad, pasajero de uno de los cruceros que atracan en el Muelle Fiscal. Sin contar los afectados en puntos como Chicxulub o quienes acudieron por mérito propio al nosocomio, se estima que la tasa de afectados rebasó las 50 lesiones.
En entrevista reciente, Emmanuel Santos May, biólogo y profesor de licenciatura en biología marina de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), quien ha colaborado a la causa con varias dependencias, dio a conocer que la mancha de agua mala tiene una extensión de 51 kilómetros, desde que comenzó a formarse a la altura de Cabo Catoche en las primeras semanas del mes de junio.
Así mismo, el profesor especificó que los efectos podrían desaparecer de manera gradual, pero podrían durar hasta cuatro meses los rezagos dentro del litoral que cubre a la península. “Todo se originó por un crecimiento abrupto de algas, ahora se captan hasta 90 millones de estas células por litro de agua, estos organismos se mantienen en el mar pero con una población menor, al crecer de esta manera originan todo, lo que estamos analizando es la tardanza con la que ha permanecido el fenómeno y que está matando millones de especies”, afirmó el biólogo.
Pescadores avistan otro manchón de agua mala
Uno de los primeros pescadores en dar a conocer que cerca de la isla de Holbox había un manchón de marea roja, que pudiera tomar camino rumbo a Progreso, fue Julio Manuel Alvarado Méndez, actual presidente de la cooperativa “Esfuerzos Pesqueros”, quien especificó que otro fenómeno así sería devastador, ya que sólo durante el pasado mes de agosto, en conjunto sus agremiados vieron pérdidas en la pesca y turismo que sobrepasaron el medio millón de pesos.
“Una época con más estricciones y vamos a estar en números completamente descendentes a lo que imaginábamos que iba a ser esta fiebre de pulpo, la cual hasta el momento no ha sido nada redituable; el pescador ribereño no pescó un solo kilo en viajes de ida y vuelta, mientras que los barcos de navegación mayor apenas están trayendo de 900 kilos a tres toneladas con tripulaciones de hasta 20 personas”, dijo.
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CC