Del mercado de San Sebastián solo se ocupa a la mitad, pues las deudas que generaron los dueños anteriores de los puestos, estos no pueden ser adquiridos por nuevos comerciantes, a quienes se les quieren cobrar “deudas ajenas”, por pago de servicios como agua potable o energía eléctrica.
Locatarios declararon que reciben un mantenimiento regular en las instalaciones; sin embargo, han visto pasar a nuevos comerciantes, que llegan por una oportunidad de vender sus productos, pero ninguno se queda y solo se mantienen unos 10 puestos en toda la zona.
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Gloria Estrella Dzul lleva más de 12 años como comerciante en el mercado de San Sebastián y relató cómo ha sido la vida de este centro de abasto, los fines de semana es cuando más recibe visitantes, que acuden mayormente por comida, como los antojitos de la Lonchería Ligia, que es la más popular por las largas filas de espera para comer ahí.
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Comentó que es triste ver que muchos emprendedores quieren ser parte de estos espacios, pero no pueden, pues deben pagar una deuda ajena, esto frenó a muchos durante poco más de 10 años que han permanecido vacía la zona que debería ocuparse para venta de carnes.
A pesar de ser un mercado pequeño, las instalaciones se conservan en buenas condiciones y los locatarios no se quejan de esto, pero ante la falta de variedad, los visitantes son pocos. El panorama es desolador, con espacios vacíos, poco movimiento entre semana y escasa diversidad de productos.
Además, señalaron algunos locatarios y vecinos que les falta promoción para que la gente vuelva a acudir. Ahora solo van los vecinos antiguos y uno de los factores a los que atribuyen esa merma de clientes nuevos es la cercanía con un centro comercial, a pocas calles de ahí.
En algunas esquinas del mercado, el equipo de POR ESTO!, observó que algunos tocan sus guitarras, leen el periódico, escuchan las noticias o atienden sus productos en una zona donde no hay tanto ruido y más tranquilidad para disfrutar la comida o comprar verduras, dulces típicos o flores. Pero en la mirada y palabras de los locatarios más veteranos se percibe el recuerdo de tiempos mejores.
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NM