La investigación de la invasión del Paraíso en Sisal continúa revelando los secretos. Teniendo en cuenta los requisitos para poder realizar una construcción en Yucatán, pareciera poco creíble que una construcción que pasa por encima de la ley pudiera avanzar como tanto.
Pero, ¿a qué se debió?, ¿qué es lo que hizo posible la obra de los Campos Agüero? No es algo nuevo, ya que, ahora se ha desvelado los antecedentes de los invasivos, Aquí ahondaremos en el tema y expondremos a los responsables de que la fauna, flora y el ecosistema en general de Sisal se encuentre en peligro.
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¿Qué es una MIA?
Antes de empezar, es preciso tener en cuenta en qué consiste una MIA. La Manifestación de Impacto Ambiental, es un documento obligatorio en el cual, se presenta un estudio del impacto ambiental que representa una obra.
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Para realizarlo se debe tener en cuenta qué impacto causaría al medio ambiente la construcción, y cuando este es negativo, se debe presentar una propuesta para contrarrestarlo. Es decir, el que la realiza debe identificar, analizar y valorar los impactos ambientales, acumulativos y residuales.
MIA rechazada
Al principio, las Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales rechazó la primera MIA 31YUC2018TD016, presentada por los Campos Aguero en julio del 2018. En esta se establecía que para contrarrestar el impacto ambiental de la construcción, se instalarían rompeolas artificiales en las playas de Hunucmá.
Además, de que en la misma solicitaban el acaparamiento en mar y tierra, comprendiendo desde el Puerto de Abrigo hasta Punta Piedra. Una de las razones por las que no les aprobaron el proyecto, fue porque las páginas y páginas no justificaban en lo absoluto la construcción.
Es decir, la información no sustentaba la relación que tendría la construcción con el ecosistema. Lo curioso es que repitiendo las mismas páginas sin sentido fue que al final sí consiguieron que se les apruebe la autorización.
Ahora bien, de manera casi milagrosa, la MIA 31YU2018TD082, fue aprobada tan solo 4 meses después, bajo la firma de Hernán José Cárdenas López. De hecho, fue Hernán Cárdenas quien fungió como aval de anteriores proyectos de los hermanos Campos Agüero.
La MIA del mes de diciembre es similar, a excepción de un anexo de 14 páginas, mismo que le sirvió a los ecocidas para tener autorización. Poniéndolas una sobre la otra, sólo muestran la diferencia del recurso 'legal' del que se valieron los hermanos para seguir con su invasivo proyecto.
Lo cual, se basa en el hecho de que en la anterior MIA 31YUC2018TD016 se estipulaba que la construcción abarcaba una reserva ecológica de Hunucmá. Contrario a la de diciembre 31YU2018TD082 que niega por completo la existencia de algún área protegida.
El vacío legal que les sirvió a manera de 'malabar legal' fue el omitir la zona protegida como parte de la construcción, afirmado que se trataba de un espacio distinto cuando en los documentos se establece que se trata del mismo. ¿No suena esto familiar? ¿A cierto acto con los Barbachano de lotificar después de un cambio en el uso del suelo? Claro, con ayuda de una amiga especial, la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco.
El Palmar Sisal asegura que la ONG está respaldando su proyecto marino en la costa yucateca con ingresos “provenientes de la iniciativa privada”, según la MIA entregada a la Semarnat. Lo cierto es que en la página de internet de Reef Ball Org no se menciona ningún proyecto en Sisal, menos al de los Campos Agüero, como uno de los de colaboración.
Lo único que valida la supuesta relación es una imagen de la página web de la ONG copiada en el estudio entregado por Inmobiliaria El Palmar Sisal a la Semarnat, para ejemplificar la estructura marina que colocarían en el mar. Sin embargo, no deja de parecer dudoso y pareciera que hay más por detrás.
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CC