Una septuagenaria que permaneció inconsciente en una palapa del malecón de Progreso a lo largo de varios minutos fue motivo para que se desatara un operativo a cargo de dependencias policiacas y elementos de la Cruz Roja delegación local que lograron estabilizar a la abuelita, cuyo mal radico en un golpe de calor al permanecer largo rato bajo altas temperaturas.
Sin embargo, se resalta que fueron tres jóvenes trabajadores del área de palapas quienes tuvieron la iniciativa de hablar a las autoridades y alertar a sus acompañantes, llevándose con estas acciones el reconocimiento de sus colegas y testigos, siendo considerados los tres como héroes ciudadanos.
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Todo ocurrió alrededor de las 2 de la tarde de este miércoles, cuando a rectitud de la calle 80, dentro de la zona de arena, los jóvenes Eduardo Cáceres, Monserrat Osalde y Daniel Bautista notaron que la abuelita G.M.A., de 76 años de edad sentada en su silla y con cabeza hacia arriba.
“La señora permanecía debajo del sol y enseguida le colocamos una sombrilla sobre todo el cuerpo para protegerla, mientras mi compañera le colocaba alcohol en la nariz para que volviera a la realidad. En este tipo de situaciones tenemos que olvidarnos de las otras mesas que atendemos porque era prioridad la salud de la clienta” indicó Monserrat Osalde.
El miedo de la tercia de colaboradores de las palapas aumentó cuando notaron que la septuagenaria no respondía a ningún estímulo, aunque procedieron a tomar calma y acercarse a un par de elementos de la SSP para pedir ayuda, mientras que los allegados de la afectada se dispersaron también con la desesperación de verla en ese estado.
La entrada de cerca de una docena de elementos estatales y municipales generó que otros bañistas se percataran de lo sucedido y se aterrorizaran con la escena que avistaba a la adulta mayor sin conocimiento. Fue necesario también que emergiera una cuadrilla de la Cruz Roja delegación Progreso, quienes acudieron a bordo de un par de vehículos oficiales.
Fueron los paramédicos quienes por fin lograron que la mujer se viera estabilizada y recobrara el sentido poco a poco, hasta darse cuenta del movimiento que originó la falta de hidratación y su exposición a una temperaturas que sobrepasaban la sensación térmica de cuarenta grados en la playa.
No hubo un traslado al hospital a bordo de la ambulancia, pues la abuelita respondió a todas las preguntas de las autoridades y afirmó sentirse aliviada, aunque minutos después de la partida de los vehículos de la policía y Cruz Roja, un automóvil particular acudió por ella a fin de llevarla a un chequeo médico que descarte cualquier anormalidad en su organismo.
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GC