La decisión de la Secretaría de Educación de Yucatán (Segey) de distribuir loslibros de texto gratuitos apunta al derecho que tienen los niños de recibir los materiales, afirmó Alejandro Chulim Cimé, secretario general de la Sección 57 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
“No minimizamos lo que hacen algunos padres de familia; también habrá maestros inconformes, pero ponderamos el derecho de los niños, que es lo que necesitan para que puedan salir adelante en este ciclo escolar”, expuso.
La acción tomada por la Segey está respaldada por la Consejería Jurídica del Estado, “en apego al principio de legalidad y ad cautelam”, de lo establecido en el artículo 9, fracción XII, y 114, fracción XII, de la Ley General de Educación.
En ese sentido, al Gobierno del Estado, a través de su Secretaría de Educación, le corresponde, como marca el artículo 9, fracción XII, y 114, fracción XII, de la ley general referida, garantizar la distribución oportuna, completa, amplia y eficiente de los libros de texto gratuitos que la instancia federal le proporcione.
El dirigente del SNTE 57 aceptó que los textos tienen “detalles” —en referencia a errores—, pero recordó que “esto es de todos los años”, y valoró el aporte de los docentes para ir sobrellevándolos, apuntando a una mejor educación.
“Nosotros, como organización sindical, hemos estado analizando los libros desde que salió este tema y si traen algunos detalles, algunos errores, pero eso ha sido siempre”, expuso. “Entonces, hacemos las propuestas, fe de erratas, para que esto pueda mejorar cada año”, apuntó.
“Todos los maestros han sido responsables con el tema de los libros, es una herramienta de trabajo. Al final, el docente tiene esa libertad de mover su programa de acuerdo a las necesidades de cada grupo”, explicó.
“Hay que regionalizar los aprendizajes, no es lo mismo enseñarles a los niños de Mérida, que a los de Oaxaca”, ejemplificó. “Es ver qué sí le funciona y qué no, y eso ha sido así, siempre”, reiteró. “Cualquier texto didáctico se ha utilizado como herramienta de trabajo, pero no es la principal”, sostuvo.
En las mesas de análisis del Estado participaron representantes de la Segey, de la Secretaría Técnica de Planeación (Seplan), integrantes de los Comités de Participación Social en la educación, colegios de profesionistas en educación, docentes y sindicatos al servicio de la educación, así como padres de familia.
En conjunto, hicieron la recomendación puntual de ciertos contenidos que los maestros, junto con los tutores, deben analizar, valorar y determinar lo conducente antes de ser impartidos.
Dichos contenidos están en los libros de primer grado “Proyectos Comunitarios” (páginas 34, 37, 39, 53, 243), “Múltiples Lenguajes” (páginas 110, 119, 111, 122), “Proyectos Escolares” (páginas 96, 129 y 61, 63 y 65) y “Nuestros Saberes” (página 33).
En los de segundo grado, “Proyectos Comunitarios” (página 230) y “Nuestros Saberes” (páginas 6 y 74).
En el de tercero, “Nuestros Saberes” (páginas 18 y 224), y en los de cuarto, “Nuestros Saberes México” (página 313), Proyectos Escolares (páginas 84 y 85), y “Nuestros Saberes” (página 285).
En el de quinto grado, “Proyectos de aula” (página 6) y los de sexto, “Proyectos Comunitarios” (páginas 49 y 239) y “Nuestros Saberes” (página 10 del libro).
En cuanto a nivel secundaria, en el primer grado se detectaron detalles en las páginas 10 y 11 del libro de Lenguajes y en el de “Saberes y pensamiento científico” (páginas 52 y 54).
“Los libros son un material indispensable, pero no es el único, son una guía”, comentó al señalar que los maestros tienen la libertad de ir adecuando el plan de estudios a las necesidades de sus grupos.
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GC