Más de 900 parcelarios del municipio enfrentan una fuerte crisis económica por el ingreso de la fibra de sisal proveniente de Brasil al país. El presidente de la Asociación de Parcelarios Autónomos de Yucatán, Bernardino Chan Martín, informó que esta situación la vienen padeciendo desde agosto del 2023, momento en el que se detuvo el corte y la raspa al no haber mercado y presentar un desplome en su valor.
Chan Martín, quien además es dueño de la desfibradora José María Morelos, ubicada a 6 kilómetros del tramo hacia Telchac Pueblo, apuntó que los henequeneros de Telchac Pueblo, Sinanché, Dzemul, Kimbilá y de esta ciudad, así como otros de los alrededores, se encuentran desesperados, porque llevan tres meses detenidos en esta actividad, debido a que no hay mercado en donde puedan vender su producto.
Luego de que la comercialización de la fibra quedó detenida, se encuentran en bodega más de 40 mil kilos con un monto equivalente a un millón 200 mil pesos. “Desde hace tres meses estamos detenidos y tenemos acumulado el sosquil, no hay mercado. Están comprando el que está ingresando porque es más barato comparado con el nuestro”, dijo el entrevistado.
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Al no haber compra del producto, se vieron obligados a paralizar el corte de la hoja, lo que trajo como consecuencia que las plantas comenzaran a secarse al no tener mantenimiento. Esto podría provocar la presencia de enfermedades en el arbusto y llevarlo a la destrucción. “Los parcelarios están desesperados, sus hojas se están secando porque no se cortan. Hay bastante que están secas y eso es un problema muy grande”.
En el último trimestre del año saliente, los parcelarios señalaron que acudieron en tres ocasiones a las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) para platicar acerca del problema que están enfrentando, pero hasta ahora no han tenido alguna respuesta. “En nuestra desesperación recurrimos a la Seder para ver cómo nos pueden ayudar, pero no hemos tenido respuesta. Seguimos angustiados, porque no tenemos mercado”.
A pesar de que hay desfibradoras particulares, el presidente de la Asociación de Parcelarios subrayó que no se encuentran aceptando producto externo, más que el de ellos mismos, lo que los deja de brazos cruzados.
Álvaro Casanova Rivera, campesino de Dzemul, meses atrás alegó que en las desfibradoras de los alrededores de la comunidad no habían estado aceptando producción de campesinos externos, como se hacía meses atrás antes de que comenzara esta crisis del Oro Verde. También varios de ellos apenas les estaban terminando de pagar el producto que les habían entregado tiempo atrás.
En el mes de agosto se registraron al menos 15 cierres de desfibradoras, dejando afectados a más de 15 mil campesinos de municipios del Litoral Centro, Centro y Oriente del Estado, ya que la fibra proveniente de Brasil y de África comenzaron a darle puntilla al Oro Verde yucateco.
En días pasados, durante la conmemoración del centenario luctuoso de Felipe Carrillo Puerto, 200 parcelarios de diferentes municipios se hicieron presentes para entregar de manera personal un oficio al Presidente de la república, informándole sobre la situación que están atravesando. “Lo que necesitamos es que Andrés Manuel López Obrador pueda escucharnos para plantearle lo que está pasando aquí en Yucatán con el henequén”, dio a conocer.
Se estima que en la Entidad existen alrededor de 15 mil hectáreas de henequén plantado en más de 40 municipios, y se calcula que son cerca de 3 mil 500 campesinos que se dedican a la producción de este agave.
Bernardino Martín dijo que desconoce el valor por el cual están ingresando las pacas de sosquil de Brasil al país, pero asegura que son por unos pesos menos. “La última vez que vendimos, nos pagaron a 29 pesos el kilo de la hoja, ahora desconocemos el monto porque no hemos comercializado. El sisal es muchísimo más barato, pero no sabemos su monto”, informó.
El Presidente de la Asociación de Parcelarios Autónomos de Yucatán señaló que es urgente que se detenga el ingreso de esta materia prima que se encuentra golpeando a la de Yucatán, señalando que es necesario poner un arancel para nivelar el valor y así poder tener mercado.
Hasta ahora el gremio tiene abandonado el corte, pues unos cuanto se encuentran realizando mantenimiento a sus terrenos para evitar que la maleza se apodere de ellos, aunque ha resultado caro sacar sus ahorros y no tener ingresos de venta.
“Es caro el mantenimiento, una hectárea está costando más de 4 mil 500 pesos de limpieza. Ahora que no hay ingresos no se puede realizar, la hoja se está secando, al igual que la mata”, concluyó.
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NM