La reserva hidrológica de la Península de Yucatán se encuentra en un punto crítico de contaminación y sobreexplotación, especialmente en el Anillo de Cenotes, donde se ha detectado la presencia de mercurio y arsénico en la sangre de habitantes de la región, que se vinculan con casos de cáncer cervicouterino y de mama, según investigaciones del Cinvestav.
La institución subrayó que esta zona debe considerarse como un “foco amarillo” ante los crecientes riesgos de salinización, contaminación y escasez, y advierte que para el año 2050, el mar podría avanzar hasta 20 kilómetros hacia el interior, lo que comprometería la disponibilidad de agua potable en la región.
Uno de los problemas críticos es el uso excesivo de agroquímicos, que ha afectado tanto al medio ambiente como a la salud humana. “En varias comunidades se han detectado niveles elevados de mercurio y arsénico en la sangre y en la leche materna, superando las normas de salud y se vinculan a casos de cáncer cervicouterino y de mama”, detalló.
La erosión de suelos y la pérdida de vegetación se presentan a un ritmo alarmante de 20 mil a 30 mil hectáreas por año. La vulnerabilidad del Anillo de Cenotes, que abarca 58 municipios, es especialmente preocupante, ya que existe un déficit en la recarga de agua frente a la cantidad extraída.
En el análisis, Eduardo Batllori Sampedro, investigador del Cinvestav, señaló que la falta de una infraestructura efi ciente y perdurable para el manejo del agua en los municipios es un obstáculo grave.
“Los municipios no desean asumir la administración del agua debido a los constantes cambios de Gobierno cada tres años”, explicó, sugiriendo que se debe reestructurar la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (Japay) y convertirla en una Comisión Estatal del Agua, para garantizar una administración continua y responsable del recurso hídrico”, afirmó el estudio.
Expuso una serie de problemáticas que afectan, tanto al agua superficial como a los mantos acuíferos. Detalló que, en Mérida, aunque existen 39 plantas de tratamiento, éstas sólo procesan de cinco a siete litros de agua por segundo, una cantidad insuficiente ante los 87 mil contratos de líquido en la capital.
Agroquímicos
El 70 por ciento de las viviendas aún utilizan sumideros, lo que facilita la infi ltración de contaminantes. Además, explicó que los rellenos sanitarios mal gestionados se han convertido en tiraderos a cielo abierto, incrementando la contaminación del subsuelo.
Batllori enfatizó que uno de los problemas críticos en la región es el uso excesivo de agroquímicos, que han impactado no sólo al medio ambiente, sino también la salud humana. “En varias comunidades se han detectado niveles elevados de mercurio y arsénico en la sangre y en la leche materna, superando las normas de salud y vinculándose a casos de cáncer cervicouterino y de mama”, detalló.
La presencia de estos contaminantes se relaciona con la erosión de suelos y la pérdida de vegetación a un ritmo de 20 a 30 mil hectáreas por año. La vulnerabilidad del Anillo de Cenotes es especialmente preocupante. Esta región abarca 58 municipios, y Batllori sostiene que ya existe un déficit en la recarga de agua frente a la cantidad extraída.
El Anillo de Cenotes de Yucatán es una zona de gran permeabilidad originada por el impacto del meteorito de Chicxulub hace 65 millones de años. Aunque Yucatán tiene aproximadamente 7 mil cenotes, solo 3 mil 21 están oficialmente registrados.
Preocupación internacional
Como hemos informado, la contaminación en Yucatán es un tema de atención internacional. La agrupación ambientalista internacional Greenpeace ha mantenido su apoyo a la lucha cívica por la defensa del agua de Yucatán, amenazada por la contaminación y sobreexplotación industrial: “Es urgente proteger la biodiversidad y el patrimonio cultural de la Península de Yucatán, para hacer frente a la crisis climática y la pérdida acelerada de biodiversidad”.
Para la agrupación ambientalista, el turismo depredador, granjas porcícolas, agricultura industrial, megaproyectos de energías renovables, proyectos de infraestructura y urbanización son algunas de las amenazas que enfrentan los recursos hídricos de la entidad.
Glifosato en niños
Asimismo, informamos recientemente que se detectaron residuos de glifosato en cinco niños de las comunidades de Dzonot Carretero y Cabichén, así como en el suelo y el agua, situadas cerca de extensos campos de maíz. Gamaliel Canto Dzul, presidente de la Asociación Ganadera Local Especializada en Apicultura y Meliponicultura de Tizimín (Agleam), explicó que, ante los casos de mortandad de abejas causados por el uso de agroquímicos, extendieron un poco más la investigación para conocer cómo esto afecta la salud humana, considerando la contaminación de fuentes de agua y suelo.
Los resultados fueron preocupantes: en dos comunidades se detectó la presencia del glifosato en pozos, cenotes y aguadas, por ello se hicieron análisis de orina en pequeños que resultaron positivos.
“No podemos decir algo sin fundamentos. Ahora tenemos un sustento y estamos desarrollando líneas de investigación que nos lleven a un resultado. Los niños que salieron positivos podrían ser que vienen de padres que hacen mal uso de los agroquímicos, almacenan estos tóxicos en sus hogares, trabajan en las zonas de cultivo o viven cerca de los campos que los han dañado”, explicó Canto Dzul.
Subrayó la necesidad de determinar si la contaminación proviene del líquido que se consume en los hogares, de la red pública, o de procesos de agua que no eliminan completamente los residuos de glifosato.
“Hay que entender que, si el agua está contaminada, están ingiriendo agua con glifosato. Esto se tendría que determinar en algún momento, pero hay que descartar que fue por usos y costumbres o que están directamente expuestos. Nos inclinamos a pensar que el agua puede ser el principal factor adicional a otros posibles contaminantes”, dijo
JY