La cancelación, el año pasado, de una licitación pública para contratar servicios médicos integrados en el Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (Hraepy) dejó a decenas de pacientes a su suerte y quienes pagaron los platos rotos fueron al menos ocho niños, que fallecieron precisamente por esta carencia.
El “recorte” de servicios ocurrió entre octubre y diciembre del año pasado, cuando no se emitió el concurso público para proveer los servicios indispensables, pero, paradójicamente, por esas fechas, el 15 de diciembre para ser precisos, una paciente recibió un servicio de primera en el nosocomio: la suegra de Rossana Fuentes Suárez, la actual administradora del nosocomio, quien utilizó sus influencias para usar el quirófano a fin de que operaran a su pariente.
Médicos y personal del Hraepy han apuntado al director Franz Pérez Ancona y a Fuentes Suárez como los responsables de la corrupción e inoperancia de la Unidad, que ha causado incertidumbre y descontento entre pacientes y trabajadores. Pero lo que más asombra y causa repugnancia a funcionarios y derechohabientes es que Fuentes Suárez, quien disfruta de una jugosa jubilación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es que, a pesar de que tiene un largo expediente de denuncias por presuntos actos de corrupción, sigue ocupando un puesto clave en el ámbito público.
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Ayer informamos que las irregularidades que tienen hoy al Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (Hraepy) al borde de la muerte empujaron a decenas de médicos dejar de operar ahí, pues no hay garantías para que desempeñen su labor y esto pone en peligro la vida de los pacientes.
Hemos dado cuenta, también, del nulo mantenimiento de la planta de energía eléctrica del hospital, que lleva más de un año sin recibir atención. Esto ha provocado apagones incluso durante procedimientos quirúrgicos. Además, el personal ha reportado un aumento de mortalidad debido a las altas temperaturas, pues el aire acondicionado tiene más de seis meses que no funciona bien. Los trabajadores dialogaron recientemente con Alejandro Svarch, director del IMSS Bienestar, pero hasta ahora no han recibido respuestas.
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Por lo pronto, extrabajadores y miembros de la comunidad médica afirman que Rossana Fuentes Suárez ha mantenido una trayectoria marcada por el abuso de poder y la corrupción. Además, se ha señalado que dirige una fundación llamada “Hombro con Hombro”, presuntamente fachada para recibir dinero del PRI durante campañas electorales, sin brindar ayuda real a la comunidad. Personas que participaron en estos eventos afirman que fueron engañadas y manipuladas para entregar sus credenciales de elector sin recibir los beneficios prometidos.
Las fuentes aseguran que Fuentes Suárez es el ejemplo más claro de impunidad en el sistema de salud, con 27 años en medio de polémicas y una cauda de irregularidades tanto en el IMSS como en su actual cargo. Médicos que trabajaron con ella aseguran tener pruebas contundentes de sus prácticas depredadoras y su impacto negativo en el sector salud, reflejando una historia de corrupción que parece no tener fin.
(Continuará)
