Ayer, el Paseo de Montejo fue escenario de un hecho histórico: la primera marcha en conmemoración del Día Nacional de las Personas Sordas, que reunió a familias, amigos y aliados de la comunidad sorda. Portando una bandera que simboliza la presencia de sordos en todos los continentes, los asistentes recorrieron las calles para visibilizar las necesidades y derechos de quienes viven con esta discapacidad.
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María Georgina Canto Ramírez, dirigente del Instituto Cultura Sorda (Inculsor), expresó mediante una intérprete que esta marcha tiene como objetivo generar conciencia en la sociedad sobre la importancia de este día, además de fortalecer los lazos entre sordos, intérpretes, oyentes y sus familias. “Queremos que esta actividad se realice cada año, como un espacio de apoyo y unión para la comunidad sorda y sus familias, porque nunca antes habíamos marchado en Yucatán. Es un despertar para que la sociedad comprenda nuestra realidad”, señaló Canto Ramírez.
La dirigente destacó que una de las principales barreras que enfrentan los sordos es la invisibilidad de su discapacidad. A diferencia de las discapacidades visuales o motrices, que son evidentes, la pérdida auditiva no se percibe a simple vista, lo que genera discriminación y falta de oportunidades.
“Somos personas como cualquier otra, pero como nos vemos bien, la sociedad no reconoce nuestras limitaciones auditivas. Esto nos discrimina y nos deja fuera de muchos apoyos e iniciativas”, explicó. Además de la marcha, Canto Ramírez anunció que como parte de las actividades para conmemorar el Día Nacional de las Personas Sordas, que se celebra el próximo 28 de noviembre, se realizará el encendido de luces azules en el Pasaje a la Revolución, ubicado junto a la Catedral de Mérida. El evento, programado para las 19:00 horas, busca sensibilizar a la población y destacar la importancia de la inclusión de las personas con pérdida auditiva.
En la marcha participaron dos figuras importantes en la comunidad: Perla Moctezuma Quiroga, reconocida intérprete de Lengua de Señas Mexicana, quien trabajó por años en el noticiero de Lolita Ayala. Ernesto Escobedo Delgado, lingüista sordo y autor del primer diccionario de lengua de señas en maya, un aporte invaluable para la preservación cultural y la inclusión lingüística.
“Este es sólo el principio. Queremos que la sociedad nos vea, nos reconozca y nos brinde las mismas oportunidades que a cualquier otra persona. Nuestra discapacidad no nos define; lo que nos define es nuestra capacidad de contribuir y formar parte activa de nuestra comunidad”, concluyó
JY
