Las condiciones de desgaste del edificio que es sede de la comisaría de Kimbilá son evidentes ante la vista; las manchas de humedad, salitre, desprendimiento del revoco y otros males manifiestos revelan la poca intervención de preservación que se ha realizado con el correr del tiempo en este edificio que es medular en la administración y autoridad civil de esta próspera comunidad de la municipalidad de Izamal, ya que es famosa por su amplio comercio de ropa típica como de bordados, que han dado renombre a este lugar en toda la Entidad y el extranjero.
Los pobladores señalan los nulos apoyos por parte del Ayuntamiento y de la apatía que ha imperado por parte de los comisarios municipales que por falta de gestión o bien por indiferencia han dejado sin alguna mantención este edificio que por su arquitectura revela los modelos imperantes de décadas pasadas y que es evidente una urgente intervención para proteger y salvaguardar el inmueble que es patrimonio del municipio.
Sobre este punto, Juan Uitz Dzul, vecino de más de 50 años, destacó: “El edificio de la comisaría ha tenido como única intervención la pintura que rara vez se le pone, y que sólo cubre lo que ya está en mal estado. Creo que necesita que se resane el techo porque tiene grandes manchones de humedad, como también es evidente la necesidad de revocar algunas partes, reparar los pisos y pulirlos, quitar la maleza que abunda en el patio, en fin, hace falta una buena intervención por parte de los vecinos y de las autoridades, hasta da mala imagen a la plaza principal por su pésimo estado en que se encuentra”.
La sede de la comisaría está ubicada en la esquina Poniente de la plaza principal, que mira de perfil la iglesia de Santa Clara, el máximo templo católico de la comunidad. Está edificada sobre una plataforma elevada, que parece ser un antiguo montículo prehispánico que se reutilizó, siendo esta obra destacada de la década de los años 60 del siglo pasado. Una placa ubicada en el interior del edificio señala la fecha de 1955, y que fue construida por cooperación de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material de la comunidad, que para ese entonces estaba compuesta por ejidatarios y henequeneros, dado que esa parte del municipio de Izamal pertenecía a la entonces llamada Zona Henequenera. El piso de ladrillo tiene contenido el año de 1954, marcando la obra constructiva.
La bordadora Nancy Araceli Can, señaló: “Creo que no basta con limpiar y barrer, porque así poco a poco se va a ir cayendo todo el edificio de la comisaría, en tanto que debemos como comunidad organizarnos y exigir a quien debe darle el mantenimiento adecuado a este edificio que además de la iglesia es un distintivo que da identidad a los que vivimos en este pueblo de Kimbilá que es bien conocido por los bordados y la buena calidad de prendas de corte tradicional que realizamos”.
Una parte del corredor agregado sirve de estacionamiento de motociclistas, que dejan sus vehículos al trasladarse a trabajar en los municipios vecinos. Las manchas de humedad, los escasos caños, han remarcado las grietas por el paso del agua en los muros, dejando la triste escena de un edificio que debería de lucir siempre en buenas condiciones dada la importancia económica comercial que tiene, punto eje del turismo en el centro de la Entidad.
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GC