Unos 40 niños se enfermaron el año pasado -algunos recién nacidos incluso requirieron hospitalización- y hubo ancianos que padecieron infecciones estomacales, a causa de la contaminación de agua y aire, en las inmediaciones de la granja porcícola que opera una aparcera de Kekén en Santa María Chi, denunciaron habitantes del poblado.
La causa principal de los problemas de salud fue la quema de heces fecales de los más de 42 mil cerdos que se crían en la planta, ubicada a menos de 300 metros de las viviendas y pozos del área habitada, pero también el agua contaminada que sobrepasa ocho veces el nivel permitido, según recientes estudios, reveló el vocero de los afectos, Wílbert Nahuat Chalé.
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Además, debido a la proliferación de bacterias en el agua, causada principalmente por las filtraciones de la granja, los pozos se están salinizando, lo que convierte la poca agua de que ahora disponen en no apta para uso humano. Por si fuera poco, a los habitantes no les ha quedado más opción que ponerle un remedio, pero que puede resultar peor que la enfermedad: el cloro, pues cada vez requieren de más cantidades y esto, también, les causa afecciones.
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“Por la exposición que teníamos con el agua contaminada, lo que hicimos es ponerle cloro, pero ahora el cloro nos hace mal, nos causa ardor, comezón, enrojecimiento en la piel, porque cada vez tenemos que echarle más”, aseguró. Temen que esta exposición a una sustancia corrosiva como el cloro les cause enfermedades más graves como el cáncer.
“La ley especifica que una granja porcícola debe estar por lo menos a seis kilómetros de distancia de los poblados; sin embargo, la que tenemos en Santa María Chi está a menos de 500 metros, lo que ha causado daños irreversibles, no solo al agua, el aire y la tierra como se cree, sino también a las personas”, dijo el activista.
“Ahorita, mucha gente está enferma, desde adultos mayores hasta niños; de estos, algunos fueron hospitalizados, tan solo el año pasado fueron 40 los que fueron al hospital por enfermedades respiratorias como pulmonía, (pero también por) infecciones intestinales y todo por el agua y el aire contaminado, porque queman las heces de los cerdos” manifestó.
Aseguró que, debido a que los cerdos no absorben la totalidad de los nutrientes que consumen, sus desechos son altamente contaminantes y esto ha contaminado el agua; “sin embargo, aún puede ponerse peor”.
“No queremos que siga afectando, porque según los expertos que hemos consultado, según un estudio reciente, los hijos de mujeres expuestas al agua potable contaminada, durante el embarazo, tienen más probabilidades de nacer prematuramente o con bajo peso, y experimentar dificultades cognitivas de por vida; basta, hagan algo por favor”.
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NM