Yucatán

Hallan una estela maya en la zona arqueológica de Uxmal

Una estela maya centrada en los rituales agrarios hallada en Uxmal es investigada por el INAH
En el conjunto arquitectónico El Palmar se encontró una estructura centrada en los rituales agrarios / Especial

Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad de Quintana Roo descubrieron una estela en este sitio arqueológico Patrimonio de la Humanidad, la cual tiene un tema único del área maya, ya que está centrada en los rituales agrarios.

El arqueólogo yucateco José Huchim Herrera y el antropólogo Alexander W. Voss de la universidada quintanarroense señalaron que esta pieza fue descubierta durante los trabajos emprendidos en el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) y representa un hallazgo importante para la arqueología, la iconografía y la epigrafía mayas del Noroeste de la Península de Yucatán.

De acuerdo con los resultados, plasmados en el libro Lluvia y tierra. La estela 18 de Uxmal y dados conocer en la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (Filah), los especialistas apuntaron que la estela difiere tanto en sus dimensiones (1.32 metros de altura, 0.56 centímetros de ancho y 0.20 de grosor) como en la temática de estas piezas descubiertas con anterioridad en Uxmal.

La piedra contiene por un lado a la deidad Chak Chel y por el otro al dios jaguar del inframundo / Especial

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El panteón maya

Recordaron que las estelas anteriormente descubiertas tienen por tema único a los gobernantes del sitio y los rituales que realizaban en determinadas fechas del calendario, pero en la 18 se observan dos divinidades del panteón maya en acción, la cara Norte muestra a la diosa Chak Chel, con atributos de Chaak y del dios jaguar del inframundo; y la del Sur, al dios jaguar del inframundo.

Al respecto, el epigrafista Alexander W. Voss detalló que Chak Chel es la representación figurada de la tierra, que cubre su cara con una máscara de hocico hecha con piedras verdes y porta un tocado zoomorfo con corona de nenúfar de Chaak, es decir, que la tierra ha recibido la bonanza de las lluvias de temporal veraniego; mientras, el plumaje verde del quetzal en su mano extendida, señala la vegetación viva, la cual provee una abundante cosecha.

En tanto, el dios del inframundo es el cargador, el caminante que da vueltas y reparte sus bienes. Porta la máscara de Tláloc, lo cual marca su vínculo con el agua, y sombrero de ala ancha, que lo cubre contra las inclemencias del Sol, pero el ornamento de plumas con puntas negras y la lechuza en el centro revelan su origen inframundano.

Es así como ambas alegorías, concluyó, hilan el mito de origen de las lluvias. “La tierra extendida, inamovible y perenne, que depende de la llegada de las lluvias de temporal para producir los alimentos que requiere la humanidad. Estos bienes los transportan entidades como el viento, que mueve las nubes cargadas de agua, pero esta, a su vez, es extraída del inframundo”.

En la zona arqueológica de Uxmal fue localizada la pieza labrada / Especial

Huchim Herrera destacó el vínculo de la Estela 18 con el espacio donde fue ubicado, la Estructura 12L-26 del conjunto arquitectónico El Palomar. La escultura fue erigida en la cima de esta construcción rectangular, la cual tiene un acceso en el lado Norte y otro en el Sur, lo que permitía ver ambas caras.

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“A su vez, el espacio dentro del templo permitía, de forma estrecha, circular alrededor de la estela, por lo que es posible que el edificio se usara para las procesiones de sacerdotes (o aj k’in k’inich) y hechiceros (waywal)”, comentó.

“Tanto la ubicación del edificio y la orientación del monumento también permiten plantear la hipótesis de que estos se ordenaban sobre una línea de visión Norte-Sur con el pasillo abovedado de El Palomar, al Sur”, apuntó el arqueólogo.

La Estela 18 fue descubierta en octubre de 2022 y fue un elemento significativo en los rituales agrarios que se realizaban en la capital política y económica de la región del Puuc, durante los períodos Clásico Tardío y Terminal (750-1100 d.C.), indicaron los investigadores.

Huchim Herrera y W. Voss se enlazaron mediante videoconferencia al Museo Nacional de Antropología donde se realiza la Filah, y explicaron que el análisis del contexto arqueológico donde se halló el monumento, e iconográfico y epigráfico de las escenas y textos labrados en sus caras, indican un relato sobre la necesidad de contar con suficiente agua para garantizar una cosecha abundante, comida y bebida, para la subsistencia de la población.

La Filah es el encuentro literario, especializado en ciencias antropológicas, más importante de América Latina, este año cuenta con más de 400 actividades gratuitas y aptas para todo público.

GC