La agrupación ambientalista internacional Greenpeace sumó su apoyo a la lucha cívica por la defensa del agua de Yucatán, amenazada por la contaminación y sobreexplotación industrial: “Es urgente proteger la biodiversidad y el patrimonio cultural de la Península de Yucatán, para hacer frente a la crisis climática y la pérdida acelerada de biodiversidad”.
Para la agrupación ambientalista, que hace tres semanas jugó un papel fundamental en la detención de un megaparque turístico de Grupo Xcaret cercano a la zona arqueológica de Uxmal, el turismo depredador, granjas porcícolas, agricultura industrial, megaproyectos de energías renovables, proyectos de infraestructura y urbanización son algunas de las amenazas que enfrentan los recursos hídricos de la entidad.
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Como informamos, a menos de dos semanas de la clausura simbólica de la Comisión Nacional del Agua por agrupaciones civiles defensoras del agua en Yucatán, la organización defensora de animales Mercy For Animals realizó un plantón a las puertas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en un llamado a las autoridades para que evidencie las condiciones de explotación animal y la destrucción de la biodiversidad de la selva maya efectuada por diversas megagranjas en Yucatán.
“Urge visibilizar la devastación que la zona está viviendo y exigir a los gobiernos que modifiquen leyes, ordenamientos, asignación de recursos públicos y concesiones en beneficio de la biodiversidad y los habitantes de la zona. Es posible conservar la biodiversidad de la selva maya, las comunidades campesinas e indígenas, organizaciones de la sociedad civil, personas académicas y científicas, personas apicultoras, y defensoras de derechos humanos lo han demostrado durante años en la región”, indicó Greenpeace.
Los voceros de la agrupación recordaron que está pendiente de resolución la solicitud de 21 comunidades mayas, que exigen una moratoria a todas las aprobaciones de nuevas granjas porcinas industriales en Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Las comunidades buscan resolver los problemas de los derechos del pueblo maya y los continuos daños a la calidad del aire y el agua, la biodiversidad y la salud humana.
Las granjas industriales de cerdos ejercen una fuerte presión sobre los ecosistemas de México. En los últimos años, en la Península de Yucatán han provocado la deforestación de alrededor de 11 mil hectáreas de selva. Estos complejos industriales tienen una gran responsabilidad en la degradación del suelo, la contaminación del agua y el cambio climático.
GC