Este viernes 3 de enero, se cumplen 101 un años del fusilamiento del prócer Felipe Carrillo Puerto, quien gobernó Yucatán un breve período de tiempo, hasta su muerte en el año de 1924. El reconocido personaje, nacido en 1974, creció en el seno de una familia dedicada al comercio en la ciudad de Motul.
Desde sus primeros años de formación educativa, Carrillo Puerto, se caracterizó por la defensa de los derechos de los campesinos y los jornaleros mayas, situación que podía hacer ver el tipo de personaje en el que se convertiría a futuro.
Pudo conocer, de primera mano, los modos de vida y las costumbres de los pobladores de Motul, así como de otras zonas del estado, gracias a su interés por aprender y dominar, desde temprana edad, la lengua maya.
Su contribución a las causas justas no se limitó al territorio yucateco, y en el año de 1914, se adhirió a las filas del Ejército Libertador del Sur, liderado por Emiliano Zapata. Como parte de la lucha revolucionaria, le fue otorgado el grado de coronel de caballería, además de ser portavoz del movimiento dentro de la Tercera Comisión Agraria del Distrito de Cuautla.
Años más tarde, habiendo retornado a la tierra del venado y del faisán, el prócer, laboró como integrante de la Comisión Agraria, comenzando así su activismo político dentro del Partido Socialista Obrero, el cual se transformaría más tarde en el Partido Socialista de Yucatán.
¿Cuándo se convirtió en Gobernador de Yucatán?
En 1921, Felipe Carrillo Puerto contendió y ganó la gubernatura de Yucatán, iniciando en febrero de 1922 su gestión. Se sabe que durante su administración promovió el reparto agrario, la educación popular, el deporte, así como la toma de conciencia hacia el pasado prehispánico yucateco.
Además, de la mano del activismo de su hermana, Elvia Carrillo Puerto, participó en los inicios del movimiento feminista en México, al promover el derecho a la participación política de las mujeres yucatecas.
¿Por qué fue fusilado?
Hacia el período en el que Carrillo Puerto gobernaba Yucatán, simpatizantes de Adolfo de la Huerta, quien fungió como presidente (sustituto) de la República Mexicana, se habían hecho con el control militar del territorio peninsular.
Debido a sus decisiones como titular del Ejecutivo Estatal, y a las reacciones que estas provocaron en la cúpula conservadora de la región, el entonces gobernador fue aprisionado junto con tres de sus hermanos y otros simpatizantes de su movimiento. Fue durante la madrugada del 3 de enero de 1924, que los paredones del Cementerio General de Mérida, atestiguaron el fusilamiento del nombrado benemérito del proletariado, revolucionario y defensor del Mayab.
