Con el cierre de 2024, Yucatán ha destacado a nivel nacional al registrar una de las tasas de desempleo más bajas del país, alcanzando solo un 1.9%, significativamente por debajo del promedio nacional de 2.8%. Este desempeño coloca a la entidad entre los cuatro estados con menor índice de desocupación, consolidando su reputación como un referente en estabilidad laboral y atracción de inversiones.
La Secretaría de Fomento Económico y Trabajo (Sefoet) estima que en 2024 se generaron alrededor de 5,000 nuevos empleos formales, una cifra similar a la de 2023, y las proyecciones para 2025 son aún más optimistas, con un aumento esperado del 20% en la oferta de empleo.
Las principales áreas de crecimiento se encuentran en sectores estratégicos como las energías renovables, la aeronáutica, las industrias creativas y digitales, el cine, el turismo sustentable y la agroindustria avanzada. Estos sectores no solo abren la puerta a nuevas oportunidades laborales, sino que también apuntan a una mejora en la calidad de los empleos, con la generación de trabajos más especializados y mejor remunerados, un desafío que Yucatán afrontará con la consolidación de proyectos de alto valor agregado.
A pesar de las buenas perspectivas, la principal preocupación del gobierno estatal es asegurar que el crecimiento laboral no se limite a la cantidad de empleos creados, sino que esté acompañado de un aumento en la calidad de los mismos.
La creación de empleos competitivos y bien remunerados será clave para garantizar el bienestar integral de la población trabajadora y para afianzar la competitividad de Yucatán en el ámbito nacional e internacional, afirma Ermilo Barrera Novelo, titular de la Sefoet.
Añadió que el contexto global de reubicación económica, sumado a las inversiones extranjeras que siguen llegando al estado, refuerzan las expectativas de que 2025 será un año de importantes transformaciones en el mercado laboral. Yucatán se perfila como un polo de desarrollo económico, atrayendo no solo a empresas nacionales, sino también a inversores internacionales interesados en sectores clave para el futuro.
En este sentido, la reciente reforma a la Ley del Infonavit, que facilita el arrendamiento con opción a compra de viviendas sociales tras 10 años y ofrece la congelación de saldos hipotecarios, podría tener un impacto significativo en la estabilidad económica y social de la región. Sin embargo, esta reforma también ha generado debate sobre su implementación y la supervisión de los fondos de ahorro, lo que se convierte en un tema relevante en las conversaciones sobre el futuro del estado.
Con estas bases, Yucatán encara el inicio de 2025 con expectativas positivas. El desafío principal será garantizar que el crecimiento del empleo esté alineado con las necesidades de una población cada vez más capacitada y exigente, para lo cual será esencial seguir impulsando la innovación y el desarrollo económico sostenible.
Barrera Novelo considera que el estado continuará siendo un referente de estabilidad laboral, pero también deberá mantenerse firme en su propósito de ofrecer oportunidades que contribuyan al bienestar social y la prosperidad de todos sus habitantes.
