
En la década de los noventas, Vicente Martín Güemes, un habitante de Nolo, localidad cercana a la ciudad de Mérida, sorprendió a propios y extraños con sus testimonios, dignos de una película de ciencia ficción. El hombre yucateco, afirmaba haber sido contactado por tres entidades extraterrestres, quienes aseguraba provenían del firmamento.
Los misteriosos visitantes, que de acuerdo a lo narrado por el contactado, descendían de una nave suspendida a varios metros de altura, a través de una fuerte luz, incluso contaban con nombres; Gunabel, Bolon Xiu y Rabbí, se identificaban como pleyadianos, humanoides que medían poco más de dos metros.
Vicente afirmaba que tenía la capacidad de comunicarse con ellos vía telepatía. Además, los seres provenientes de las estrellas le habrían entregado algunas piedras, y al frotarlas podían establecer contacto.
Interés por la arqueología maya
A medida que los encuentros se volvieron habituales, el hombre desarrolló especial interés por la arqueología maya y el arte, a tal punto que construyó una réplica a menor escala del Templo de Kukulkán, edificación prehispánica ubicada en Chichén Itzá, en su propio hogar.
Los cálculos fueron tan exactos, que cada 21 de marzo el sol proyecta la sombra del dios Kukulkán, la serpiente emplumada, al igual que ocurre en la afamada zona arqueológica de Yucatán.
Sin embargo, según testigos, la capacidad artística de Vicente, no surgió por casualidad, fueron conocimientos transmitidos por sus tres amigos, quienes lo visitaban constantemente y tenían la firme creencia de que el terrícola era uno de los elegidos.
Capacidad para hablar distintos idiomas
Además de la repentina habilidad para crear, el hombre manifestó la posibilidad de hablar en distintos idiomas, convirtiéndose en políglota, cuando únicamente pudo estudiar hasta la primaria.
Este hecho se confirmó, cuando recibió la visita de monjes tibetanos en su quinta, quienes se encontraban de paso por el estado, y guiados por una extraña corazonada llegaron hasta Nolo. Cuando se encontraron, Vicente comenzó a hablar en su propio idioma sin la necesidad de que el traductor, acompañante de los viajeros, interviniera.
El legado de Vicente Güemes
Vicente, quien falleció 20 años atrás, dejó como legado su historia, y los conocimientos plasmados a través de las piezas de arte que creó en su quinta, que por cierto, se encuentran orientadas hacia una misma dirección debido al supuesto flujo energético. Actualmente, el predio en donde la pequeña pirámide permanece, como testigo de un pasado misterioso, se encuentra abierto al público y puede visitarse.