Un grupo de 80 ejidatarios de Telchaquillo acudió ayer a la Junta Agraria número 34 para exigir una reunión con autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y frenar la expropiación de la zona arqueológica de Mayapán, por la cual les han ofrecido un pago de 9 millones de pesos.
La comunidad reclama que el INAH les pague por los 40 años en los que el sitio ha recibido recursos por las visitas a la zona arqueológica, de la que ellos no han recibido ninguna compensación.
Los ejidatarios aseguraron que su objetivo es conciliar con el INAH para que el Instituto deje en sus manos la administración del sitio y desechar la expropiación. Por ello, han recurrido al Tribunal Agrario para buscar una solución que les permita usufructuar el área mediante un acuerdo con la dependencia federal.
La postura de los comuneros se fortaleció luego de que, hace unos días, detuvieran las obras que el INAH realizaba en la zona, la cual permanece cerrada desde hace casi año y medio.
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Telchaquillo, comisaría de Tecoh, cuenta con 287 ejidatarios, de los cuales más de 160 están en contra del proceso de expropiación promovido por el INAH. En caso de aceptar la indemnización, cada uno de ellos recibiría, conforme a la repartición igualitaria, aproximadamente 34 mil 480 pesos, cifra que consideran insuficiente y ajena a sus verdaderas demandas.
Además del rechazo al pago, los ejidatarios expresaron su molestia por la ausencia de funcionarios del Centro INAH-Yucatán, de la Procuraduría Agraria y del comisario ejidal Rusel Gregorio García, quienes no asistieron a la asamblea ejidal del pasado domingo 23 de febrero, en Telchaquillo. Durante la reunión, el comisario fue acusado de cometer irregularidades en la convocatoria de la asamblea y de violaciones a los derechos indígenas y agrarios de la comunidad.
Uno de los comuneros denunció la falta de transparencia en el proceso y la frustración de la comunidad ante la posibilidad de perder el control sobre sus tierras. “La gente está harta de que les quieran ver la cara. No hemos recibido ni un solo centavo y estamos cansados. No queremos vender, no queremos expropiación. El pueblo está unido”, declaró el comunero inconforme.
Los propietarios de las tierras plantean la posibilidad de gestionar el acceso a la zona arqueológica, ya que actualmente ni siquiera pueden ingresar libremente, a pesar de ser los dueños de la tierra. “Nosotros queremos administrar, significa que queremos al menos controlar el acceso. Como ejidatarios, no podemos ni cruzar la puerta principal. Si estuviéramos ahí, podríamos autorizar nuestro propio paso y generar recursos para la comunidad”, expresaron.
También denunciaron presuntas irregularidades en las actas de asamblea, asegurando que se han falsificado firmas de personas fallecidas o que nunca estuvieron presentes en las reuniones. “Nos conocemos entre todos, y si alguien encuentra mi nombre en un acta, que revisen si mi firma es la misma que en mi credencial”, comentó el ejidatario Juan Carlos Ramos Vargas.
Además, criticaron la falta de información sobre los acuerdos tomados, pues muchas veces los ejidatarios no saben leer y confían en lo que les dicen las autoridades, sólo para descubrir después que las actas han sido modificadas. “Después de la asamblea, la Procuraduría o la misma institución hacen el acta, pero no sabemos qué contiene ni qué dice realmente”, denunciaron.
Los ejidatarios de Telchaquillo reiteraron su exigencia de diálogo con el INAH y su rechazo total a la expropiación, asegurando que continuarán luchando por la administración de Mayapán en beneficio de su comunidad.
