
La devastación de los manglares en Sisal alcanzó una alarmante extensión de 23 mil metros cuadrados (m²) -equivalentes a 2.5 canchas de futbol soccer- lo que ha generado una profunda preocupación entre las autoridades ambientales, porque afecta terrenos federales y constituye un delito.
En respuesta a este daño, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con el apoyo del Gobierno del Estado y la Fiscalía General de la República (FGR), ha iniciado un proceso de intervención para frenar la devastación.
Como informamos, hace unos días, las autoridades acudieron a resguardar la zona, lo que generó un enfrentamiento con pobladores de la comunidad.
Alicia Bárcena Ibarra, titular de Semarnat, señaló la gravedad de este problema, y aseguró que los manglares no solo son barreras naturales frente a fenómenos meteorológicos como huracanes y tormentas, sino que también son vitales para la biodiversidad local. Estos ecosistemas albergan especies marinas y terrestres en peligro de extinción como flamencos, camarones y robalos, que dependen de esta vegetación marina para reproducirse.
La destrucción se realizó con maquinaria pesada y motosierras, lo que complicó las labores de control en el momento de la intervención. Bárcena Ibarra destacó que, aunque la situación ha sido difícil, la FGR y las autoridades federales y locales están trabajando de manera conjunta para identificar a los responsables y detener la destrucción. “Imagínese lo que cuesta sembrar manglares y lo fácil que es destruirlos en un minuto. Es una barbaridad”, expresó la funcionaria. Reiteró que el esfuerzo para restaurarlos es inmenso. “Este es un delito federal, y estamos comprometidos en detenerlo”, insistió.

Noticia Destacada
Pobladores de Sisal buscan acuerdo con la Semarnat por el conflicto de tierras en el manglar
Impacto inmobiliario
La situación ha puesto en evidencia el creciente impacto del desarrollo inmobiliario en la costa, que ha sido uno de los principales factores de la destrucción de manglares. Las autoridades han reiterado su compromiso con la recuperación de las playas y las zonas costeras, garantizando que las tierras federales, incluidas las playas, estén protegidas y disponibles para el uso público, tal como lo ha instruido la presidenta Claudia Sheinbaum.
“El desarrollo inmobiliario, especialmente en zonas cercanas al mar, ha sido una de las principales causas de la pérdida de manglares. Nuestro objetivo es evitar que se continúen desarrollando proyectos inmobiliarios en áreas que están dentro de la zona federal marítimo-terrestre, que son de acceso público”, afirmó.
Durante el evento de inicio del programa de reforestación, celebrado en Chuburná, Yucatán, Díaz Mena y Bárcena Ibarra encabezaron la siembra de más de 100 mil ejemplares de mangles rojo, negro y verde, para restaurar las áreas afectadas, fortalecer la protección costera y fomentar la biodiversidad. Además, se busca garantizar la resiliencia de la región frente a fenómenos meteorológicos, cada vez más frecuentes debido al cambio climático.

Noticia Destacada
Gobierno de Yucatán busca construir casas en Sisal; Joaquín Díaz Mena anuncia apoyo a los pobladores
Yucatán pierde vegetación
A nivel nacional, México posee alrededor de un millón de hectáreas de manglar, de las cuales se ha perdido aproximadamente un 15 por ciento (unas 150 mil hectáreas). En Yucatán, la pérdida es cercana al 8 por ciento, lo que subraya la necesidad urgente de restaurar y proteger estos ecosistemas. La titular de Semarnat también destacó que México ocupa el tercer lugar a nivel mundial en cuanto a la extensión de manglares, lo que hace aún más importante la preservación de estos hábitats.
Además de los manglares, el uvero de mar, una especie clave en la restauración ecológica de la costa, también está siendo incluido en los esfuerzos de reforestación. La Semarnat se ha comprometido a trabajar en la restauración de estos ecosistemas con el apoyo de las comunidades locales, para que tanto los manglares como el uvero de mar puedan seguir desempeñando su importante función en la biodiversidad y la protección costera.
Con la reforestación de manglares en marcha, las autoridades esperan que este esfuerzo conjunto no solo ayude a restaurar el ecosistema, sino también a fortalecer la economía local y la seguridad de las comunidades pesqueras, que dependen de estos ecosistemas para su sustento.