
Ayer, la Ciudad de Reyes celebró que el Chilam Balam de Tizimín fue encontrado en la sacristía de la parroquia de los Tres Santos Reyes en el siglo XIX por el sacerdote Manuel Luciano Pérez, quien posteriormente se lo regaló al obispo Crescencio Carillo y Ancona el 23 de marzo de 1870.
En presencia de visitantes del museo de la localidad, el historiador Luis Pérez Salazar compartió que este manuscrito es una joya literaria que contiene la correlación del calendario de 260 días (Tzolk’in) con el gregoriano; que incluye el nombre de los meses del año de 365 días (Ha’ab) y el de la semana, además de que menciona una serie de profecías y augurios, así como sucesos que ocurrieron en el siglo XVI.
Narró que sus orígenes datan del año 1558 y que se comenzó a escribir por Gaspar Antonio Xiu, alumno de Fray Diego de Landa, que tiene 27 hojas de literatura escrita en maya antigua muy importantes para el estudio de la cultura, contiene textos como la primera y segunda rueda profética de un doblez de katunes, textos proféticos, jaculatorias de los Ah k’ines, poesías, códices, además de que habla sobre astrología, medicina, y el significado de palabras como Emal, Holtún zuyhua, Hotzuc chak’an, Ah Canul, Saclactun, Ek uilo’ob, entre otras.
Añadió que al morir el obispo Crescencio Carillo el libro pasó a ser pertenencia de otras personas, pero que estos textos fueron confiscados por el gobernador de Yucatán, Salvador Alvarado, y llevados en 1915 a la biblioteca principal de Mérida; sin embargo, narró que en ese mismo año fueron robados, hasta que en 1928, Laura Temple devolvió dos de ellos, el Chilam Balam de Tizimín y el de Tusik, los cuales se encuentran ahora en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México.
Haciendo alusión al Chilam Balam y poniéndolo en contraste con la historia y los tiempos actuales, el historiador dijo que la humanidad no está haciendo nada en relación con la destrucción del medio ambiente y el problema de la contaminación, por lo que exhortó a sembrar árboles, así como plantas que produzcan alimentos vegetales y frutas en el patio de las casas, así como respetar a la naturaleza.
Luis Pérez Salazar mencionó “el que tenga oídos que oiga”, para posteriormente leer el poema profético del Chilam Balam de Tizimín en el que se dice: “Come, para que tengas pan, bebe para que tengas agua, ese día polvo cubrirá la tierra, ese día una plaga cubrirá la faz de la tierra, ese día una nube se alzará, ese día un hombre fuerte se apoderará de la tierra, ese día las casas caerán en ruinas, ese día el tierno follaje será destruido, ese día habrá tres signos en el árbol, ese día tres generaciones penderán de él, ese día será izado el estandarte de la batalla y los hombres se dispersarán por el campo”.
Después expresó en voz alta otro fragmento del Chilam Balam: “Oh halach uiniko’ob jefes, llegó ese día en que dirán su nombre, en el duodécimo k’atun, véanlo, de jaguar tiene su cabeza, roto tiene los dientes de conejo, y lanza atravesada en su cuerpo y en su corazón”.
El historiador presentó otras réplicas del Chilam Balam de Chumayel, de Ixil, de Tusik, entre otros, externando que fueron escritos un total de 18 de ellos.
Informó que la exposición de esta obra maya permanecerá hasta el día de mañana, de 8:00 a 13:00 horas y exhortó a los habitantes que tengan la posibilidad que no duden en acudir porque este libro es una muestra de la herencia cultural de Yucatán y de los mayas.