Yucatán / Sucesos

El repartidor cayó al pavimento, llevándose varios golpes y daños a su motocicleta

Los percances automovilísticos en el puerto de Progreso volvieron a ser perjudiciales para los motociclistas, ya que en la madrugada un repartidor resultó ser perjudicado en lo físico y lo laboral, pues una embestida por un automóvil lo dejó sin poder concluir su jornada.

El incidente se presentó cerca de la medianoche en la calle 31 por 96 de la colonia Canul Reyes cuando el joven Jesús Cano Canto de tan solo 21 años de edad, acudía rumbo a la zona Poniente del puerto y en vía de preferencia para llevar uno de sus últimos pedidos a bordo de una motocicleta con placas de circulación de Yucatán 10DLU3.

Con lo que no contaría el veinteañero, es que enfrente de la carrocería de dos ruedas a su mando, se le atravesaría un carro de la marca Toyota en color blanco y matrícula también local YYK-703-E, cuya conductora no respetó el alto preventivo en el cruzamiento mencionado.

El encontronazo provocó que el trabajador de la lonchería “el centenario” de la zona Centro, saliera fuera de su asiento rumbo al pavimento para impactarse contra el pavimento, siendo atendido en primera instancia por vecinos de la zona que escucharon el ruido de la colisión.

Paramédicos de la Cruz Roja Mexicana se dedicaron a atender al motociclista, quien presentaba dolor en la pierna derecha, pues esta extremidad quedó prensada entre ambos vehículos cuando se tuvo el choque. También se ameritó curar varios raspones en el área de los brazos. 

J.M.P., titular del establecimiento mencionado, llegó para llevar a cabo el proceso pertinente junto con la contraparte, teniendo como avala al departamento de peritos de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito. La conductora que causó el accidente, tuvo la asistencia de su padre.

A pesar de que no hubo un traslado al hospital, se le recomendó al joven acudir al médico para realizarse un chequeo que descarte lesiones internas, aparte de que serán necesario las radiografías en las extremidades donde persistió el dolor crónico. La automovilista, por medio de su aseguradora se aseguró que se hará cargo de dichos gastos. 

En lo que respecta a los vehículos, el carro vio perdida su defensa delantera aunque sin tener daños en la carrocería interna, mientras que la motocicleta del repartidor, acabó con los retrovisores destrozados, golpes en varias partes y el producto fuera de su caja trasera.

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GC