La tranquilidad de las zonas costeras de Progreso y sus alrededores se ha visto afectada por un aumento alarmante en los robos a casas de playa durante las últimas semanas.
Los veladores, quienes tienen la responsabilidad de resguardar estas propiedades, han manifestado su preocupación ante la creciente ola de robos, que pone en riesgo las pertenencias de los propietarios y su propia seguridad.
De acuerdo con testimonios de los cuidadores, la actividad delictiva en estas áreas representa una amenaza constante. Aunque la Policía ha reforzado su presencia en las inmediaciones de las viviendas, los veladores consideran que esto no ha sido suficiente.
Señalan que sería crucial implementar recorridos en las zonas de arenales a lo largo de la costa para disuadir a los delincuentes y facilitar su captura en caso de que actúen.
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En Progreso, hay más de 2 mil 500 propiedades ubicadas en la zona federal costera. Entre las áreas más vulnerables se encuentran Uaymitún de Ixil y Chuburná Puerto, donde las características geográficas de una sola vía de acceso complican la vigilancia y facilitan la huida de los ladrones.
Según los veladores, estas propiedades suelen ser saqueados con frecuencia, lo que genera importantes pérdidas económicas para los propietarios.
En las últimas semanas, se han registrado diversos robos a lo largo de la franja costera. Uno de los incidentes más recientes ocurrió en Chicxulub Puerto, donde fue detenido un individuo conocido como Takeshi, quien, según los cuidadores, es un ladrón recurrente en la zona y presuntamente opera con otros cómplices.
Ante esta situación, los veladores han optado por organizarse en grupos de apoyo mediante aplicaciones móviles y redes sociales. Estas plataformas les permiten alertarse mutuamente en tiempo real sobre actividades sospechosas y coordinar acciones para evitar que los delincuentes logren su cometido.
Este trabajo en equipo no sólo busca prevenir robos, sino también protegerse entre los cuidadores en caso de que los criminales intenten agredirlos. Sin embargo, consideran que estas medidas no son suficientes y exigen una mayor intervención por parte de las autoridades. Además, señalaron que la rotación constante del personal de vigilancia en los predios dificulta la continuidad de estrategias efectivas para mantener la seguridad.
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Aunque hasta ahora sólo se ha logrado la detención de una persona relacionada con los recientes robos, los cuidadores enfatizan la necesidad de estrategias más robustas para contrarrestar la inseguridad. Recomiendan la instalación de cámaras de vigilancia en puntos estratégicos, patrullajes más frecuentes en las zonas de difícil acceso y una mayor colaboración entre la Policía y los veladores.
En este contexto, la comunidad costera enfrenta el desafío de recuperar la seguridad que ha caracterizado a esta región. Mientras tanto, los veladores continúan su labor con el apoyo de sus redes de comunicación y la esperanza de que las autoridades implementen medidas más efectivas en el corto plazo.
El incremento de la delincuencia en estas zonas, que históricamente han sido consideradas tranquilas, preocupa a los propietarios de las casas de playa, a los visitantes y residentes, quienes ven comprometido el atractivo de Progreso como un destino seguro.
