El Comité de Vigilancia Comunitaria Pesquera de la zona Oriente comenzó a hacer justicia por su cuenta con la quema de una embarcación de pescadores furtivos en altamar y el desmantelamiento de un sancochadero de pepino de mar.
Ante el aumento de la pesca furtiva y la falta de apoyo por parte las autoridades correspondientes, hombres de mar de San Felipe y Río Lagartos decidieron tomar acción con sus propias manos. Para ello, realizaron un recorrido de vigilancia apoyado con varias embarcaciones.
Durante su trayecto visualizaron varias lanchas aparentemente provenientes de Dzilam de Bravo, las cuales practicaban pesca furtiva y depredación de especies como pepino de mar y langosta, entre otros.
Al verse descubiertos, los pescadores furtivos intentaron iniciar un enfrentamiento y emboscarlos con maderas y arpones, como lo habían hecho en ocasiones anteriores, pero al verse superados, ya que en esta ocasión los pescadores organizados tenían más de cinco lanchas, se dieron a la fuga.
En su desesperación, dejaron abandonada una lancha, la cual fue quemada por los locales como muestra de su enojo e inconformidad.
Los pescadores señalaron que continuarán con sus acciones hasta terminar con aquellos que están depredando las especies. Recordaron que el pasado 27 de mayo tuvieron un enfrentamiento con estos marineros, cinco millas náuticas al Oriente de Dzilam de Bravo, en la zona conocida como El Cerro y Playa Columpio.
En esta ocasión estuvieron acompañados por elementos de la Marina, logrando desmantelar un sancochadero. En este lugar, donde se cocina el pepino de mar, se aseguró una báscula digital, cazos, un tanque de gas, quemadores y algunos kilos del invertebrado, pero no se pudo realizar alguna detención.
Para este domingo, los pescadores pretenden realizar acciones durante las jornadas electorales como actos de inconformidad para que las autoridades se den cuenta de que no están jugando y llegarán hasta las últimas consecuencias por proteger el patrimonio de sus familias.
Los pescadores han denunciado que dos de los principales lugares de donde provienen los furtivos son Dzilam de Bravo y Chiquilá, Quintana Roo.
Con esta información, conocida por todos, esperarían que las autoridades pudieran hacer algo al respecto para salvaguardar la vida marina de la depredación.
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GC