Continúa la buena voluntad de una familia en el que a pesar de la pandemia continuaban otorgando alojamiento provisional a peregrinos durante estas fechas en el barrio de Guadalupe.
“Desde el mes de noviembre comenzaron a llegar los peregrinos, disminuyó demasiado ahora si llegaron pocos, antes llegaban grupos de 15 a 20, ahora solo llegaban de 5 a 10 personas”, mencionó.
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Mencionó que llevan más de 30 años ayudando a los peregrinos guadalupanos esto por iniciativa de su papá, ya que no le gustaba ver como se quedaban en la intemperie expuestos a la lluvia o al frio.
“Esto inicio porque mi papá no le gustaba verlos expuestos en la calle a veces llueve y ningún ser humano debería de estar en esas condiciones, por ello les ofrecíamos nuestro hogar para que descansaran”, afirmó.
Agregó que no hubo ninguna restricción este año por parte de las autoridades sanitarias; sin embargo fueron muy pocos los peregrinos que se alojaron, incluso ellos mismos traen sanitizante, gel antibacterial, para evitar contagio.
Narró que también su hijo ya comenzó con esa tradición de peregrinar con la imagen de la virgen de Guadalupe en los poblados, actualmente su familia está viajando en bicicleta y en moto.
“Mi hijo también está peregrinando con mi yerno y mi esposo se fueron a la comunidad de Sabancuy, ya veremos el próximo año a donde será el siguiente destino, pero por lo tanto seguimos recibiendo a los peregrinos que necesiten alojarse en esta humilde casa”, aseveró.
Con información de Irene Barradas