Adultos mayores de seis comunidades como Chiná y Pich, en Campeche fueron vacunados contra COVID-19. La jornada concluyó con 800 dosis aplicadas y saldo blanco.
Desde muy temprano los adultos mayores de Chiná, empezaron a llegar a la Escuela Primaria Urbana ''Enrique F. Canabal', lugar que fue sede de las aplicaciones y que, dicho sea de paso, fue la segunda opción, ya que se tenía anunciado, que se llevaría a cabo en la Unidad Médica Rural de la comunidad.
Aunque la hora programada para iniciar con las aplicaciones era a las 10:00 los ciudadanos ya tenían formada una fila de casi 400 metros, por lo que se abrió la reja a las 9:00 horas, y fue una vez abierta la reja cuando se permitió el acceso de los primeros pacientes generando que se redujera el número de forma considerable, no obstante, conforme pasaban las los minutos más gente se añadía a la fila.
Fue cerca de las 10:00 horas cuando la cantidad de personas esperando llegó a su máxima capacidad haciendo que muchos se impacientaran al notar que la fila se volvía cada vez más lenta y generando que muchos se metieran sin siquiera estar en la fila. De acuerdo con la Secretaría de Bienestar fueron cerca de 800 los ancianos de Pich, Uayamón, Hobomó, Mucuychakán y San Agustín Olá los vacunados.
Como era de esperarse, estas actitudes propiciaron enojo entre los que se pudieron percatar de los hechos, como Delia Lagunes, que cuenta con 85 años de edad y quien esperaba desde las 7:30 horas su turno para ser inoculada. “No se me hace justo que yo, que llevo casi tres horas en la fila bajo los rayos del sol no pueda pasar y que ellos, que acaban de llegar hasta bañaditos los dejen pasar primero” señaló.
Procedente de San Agustín Olá, la mujer, acompañada de su hija señaló que para acudir al módulo de vacunación tuvo que levantarse a las 6:00 horas para poder tomar sus medicamentos, desayunar ligero, asearse, cambiarse y trasladarse al punto de inyección cerca de las 6:30 horas. Desde ese momento hasta las 10:00 horas que se presentaron los incidentes la mujer permaneció bajo el sol en espera de su turno, por lo que consideró que muchas personas ingresaron sin siquiera estar en la fila.
“Tengo 84 años, aunque no lo aparente y se me hace injusto que los servidores de la nación permitan el ingreso de otras personas que no estaban en la fila. Le fui a preguntar por qué dejaban entrar y el joven me respondió que solo estaba dejando pasar a los adultos mayores, como si yo me tratara de una jovencita; le dije que me mirara y que se diera cuenta de que yo también era adulta mayor”, externó visiblemente enojada.
Al final no le quedó más opción a doña Delia Lagunes que esperar su turno, mismo que llegó a las 11:00 horas, es decir, después de estar casi cinco horas bajo los intensos rayos del sol. No obstante, antes de ingresar pidió a las autoridades encargadas de la logística tener en consideración a un responsable en los puestos de vacunación que puedan llevar un control en el ingreso de las personas.
GCS