Al menos nueve plaguicidas, cuatro de ellos con alta toxicidad para las abejas, fueron hallados por investigadores del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) en apiarios del municipio de Hopelchén. Derivado de la muerte masiva de abejas, ocurrida el año pasado, el 28 de marzo de 2023, el INECC realizó una campaña de muestreo utilizando equipos de monitoreo pasivo de aire ambiente dentro de los apiarios de este municipio.
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En el estudio “Evaluación de la presencia de plaguicidas tóxicos en el aire ambiente y potencial impacto en los apiarios del municipio de Hopelchén en el Estado de Campeche” se buscó la presencia de 13 plaguicidas de los cuales se logró identificar 9 en las muestras colectadas. Destacan cuatro con una toxicidad alta para las abejas: dimethoate, fipronil, imidacloprid y tiametoxam; y cuatro con toxicidad moderada: acetamiprid, cyprodinil, nicosulfuron y thialcloprid.
El hallazgo en el aire circundante a los apiarios presume una relación con la muerte masiva de abejas, según advirtió la investigación del organismo federal al considerar las propiedades tóxicas hacia las abejas. La campaña de muestreo se realizó del 20 de abril al 20 de junio del 2023, trasladándose posteriormente las muestras a los laboratorios del INECC para su análisis. Los lugares donde se llevó a cabo la muestra fueron Pozo el Cinco, Ich Ek, Hue Chil, Suc Tuc, San Vicente, La primavera, KumChen, La Mesura y La Cruz.
En el texto se puntualiza que, considerando las propiedades tóxicas para las abejas y la información previa descrita en la región, en el 56 por ciento de los sitios cercanos a las colmenas estudiadas presentaron al menos un plaguicida con actividad en insectos (conocidos como insecticidas) considerado como peligroso para las abejas.
Subraya que, en el caso particular de las abejas, la exposición a plaguicidas tiene lugar cuando las colmenas están ubicadas en las cercanías de áreas agrícolas. Y dependiendo de la concentración ambiental, el tipo de sustancia y la vía de exposición, se puede producir su muerte súbita, incluso después de tan solo un par de horas de estar en contacto con los plaguicidas. Además, hay demostraciones que la exposición subletal a estos compuestos puede afectar su comportamiento, longevidad y la termorregulación, así como su aprendizaje olfativo y memoria.
Lo que le provoca efectos como desorientación, esto hace que las abejas que salen de sus colmenas en busca de alimento, no regresen; y, por tanto, la colmena colapse. También tienen la descripción de que, la concentración residual de plaguicidas es lo suficientemente alta dentro de una colmena, lo que puede generar efectos adversos en el funcionamiento y desarrollo de las larvas. Por lo que, derivado del abuso en la aplicación de plaguicidas, las malas prácticas durante su uso (como no seguir las dosis recomendadas y/o mezclar diferentes plaguicidas para obtener un efecto mayor), así como los daños que producen en las abejas, en el año 2006 en los Estados Unidos, se describió por primera vez el acontecimiento conocido como Desorden del Colapso de la Colonia (DCC).
Explica que este fenómeno se refiere a los episodios en los que las colmenas son devastadas por la muerte parcial o total de la colonia, que se observa por medio de tres tipos de daños como el hallazgo de individuos muertos dentro o cerca de la colmena; la desaparición parcial o total de la colonia, con el abandono de las reservas de alimento y las crías; y el debilitamiento de la colonia que se manifiesta como un lento desarrollo bajo condiciones óptimas, que generalmente ocurre durante la primavera.
JGH
