El Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes patentizó su respaldo a los apicultores de Tizimin Yucatán ante la muerte de abejas registradas en comunidades de este municipio yucateco y coinciden en que hay un daño ambiental importante, ya que también afectan a las abejas nativas, y la Península de Yucatán alberga al menos 233 especies.
En un comunicado señalan que en México el insecticida Fipronil es el principal causante de las muertes masivas de abejas registradas en los últimos años en todo el país, por lo que le pidieron a la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitario (Cofepris) la cancelación de su registro en México por las denuncias previas por muerte de abejas en el municipio de Hopelchén del Estado de Campeche. Incluso plantean que el endosulfán también es un plaguicida altamente peligroso cuyo uso ya no está autorizado en México, ni en otros 129 países.
En el caso las muertes de abejas en Tizimin, el costo económico de la muerte masiva de abejas lo estimaron en 4 millones 371 mil 700 pesos, por la producción de miel que se perdió, las colmenas muertas y el servicio de polinización que las abejas dejaron de prestar a la agricultura en la región. Además, se calcula que se perdieron al menos 3,630 días de empleo rural.
Aunque subraya que el costo real de la intoxicación es sin duda mucho mayor, ya que la superficie de afectación es probablemente más grande y hay apicultores que, aunque manifestaron la afectación de sus abejas, no la cuantificaron ni proporcionaron la información. Advierten que más allá de los daños económicos, hay otros que son inmateriales e imposibles de cuantificar. Hay un daño ambiental importante, pues además de las abejas de los apicultores, están afectadas las abejas nativas, de las cuales la Península de Yucatán alberga al menos 233 especies.
Y sin dejar de mencionar a una gran variedad de insectos polinizadores y otras especies afectados por las fumigaciones, apuntan. Insisten en que hay una afectación a la riqueza biocultural que representan las abejas para la cultura maya y al derecho humano a un medio ambiente sano, además a la libertad de realizar una actividad profesional campesina de forma libre y segura.
Demandan que es urgente eliminar el uso del insecticida Fipronil, y otros plaguicidas altamente peligrosos, por lo que le reiteran la petición a la Cofepris de cancelar o revocar los registros y permisos para la importación y uso de este plaguicida. Consideran que las autoridades de los tres niveles de gobierno, en conjunto con los agricultores de la región, deben implementar prácticas alternativas, agroecológicas, para el manejo de las plagas y enfermedades de los cultivos. Y subrayan que el diálogo entre apicultores y agricultores es fundamental para caminar hacia sistemas de producción que coexistan y garanticen los derechos humanos a la salud, al agua y a un medio ambiente sano para todos.
JY