Una de las tradiciones que por décadas se practicaba en los tiempos del novenario era la quema de los tradicionales toritos petates en las carretas. En aquel entonces existía el gremio de los carretilleros, pero al desaparecer dicha sociedad también desapareció su gremio en estos novenarios.
En aquellos tiempos, como en los actuales, después de cada misa se procedía a la quema de estos vistosos juegos artificiales. Los toritos, armados de papel periódico y costales de sosquil, eran atados en las carretas para que, al momento de su quema, la carreta fuera arrastrada por un integrante del gremio.
Esto originaba que el torito solo fuera paseado sobre la carretera para evitar accidentes. Sin embargo, con el paso de los años, esta tradición se fue perdiendo poco a poco hasta que desaparecieron las carretas.
Así lo dio a conocer el señor René Antonio Cauich Piste y Florencio Ucan Duarte del gremio “Caballeros de María”, quienes mencionaron que él era una de las personas que una vez arrastró la carreta con el torito encendido.
Ucan Duarte indicó que en el año 2000 aún se practicaba esa quema; sin embargo, no tardó en desaparecer debido a que estos vehículos de carga eran muy difíciles de restaurar. La noche de ayer, el gremio del grupo “Damas Católicas” revivió esta añeja tradición con una carreta que elaboraron con llantas de bicicletas y una estructura de fierro y madera, la cual simuló la carreta antigua, dándole un plus a esta tradición que muchos pequeños nunca vivieron.
Se espera que para el próximo año, cada gremio construya una carreta para rescatar esta tradición que por muchos años sirvió para la diversión de chicos y grandes.
