Alrededor de 15 pequeños hoteles locales han cerrado en los últimos 10 años como consecuencia de la reforma energética del 2015 que fue el entierro para la economía de Ciudad del Carmen. Algunos empresarios del sector como las casas de hospedaje con literas se encuentran al borde de la quiebra, manifestó el expresidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de la Isla, José Margarito Carrillo Rivero.
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Crisis económica en Ciudad del Carmen: Empresarios enfrentan desempleo sin precedentes desde 2015
El empresario es dueño del hotel Emperador, un negocio que después de la reforma de 2015 se vio con severas dificultades para operar; aun así, dijo que trató de mantener las fuentes de empleo, pero en 2020 la pandemia del Covid-19 le obligó a cerrar, liquidar a su personal y mantener el edificio, lo que se le ha dificultado.
En su experiencia, recordó que en 2010 la Isla contaba con una economía prominente donde se ofrecían más de cinco mil camas distribuidas entre casas de huéspedes y hoteles de diferentes estrellas. “Había más de 110 edificios o casas de este giro, pero a la fecha cerca de 80 han podido continuar, si no es que menos. No solo se trata de que algunos hoteles grandes cerraron, también los pequeños cuyos dueños eran empresarios que optaron por dedicarse a otra cosa. Hubo quienes vendieron, otros que prácticamente remataron sus propiedades, pues quienes llegaban interesados “los tiraban al suelo” con tal de que les dieran poco en comparación con todo lo que invirtieron y trabajaron durante años.
Si bien todo inició desde 2015, venimos sufriendo desde hace siete años de forma crítica porque ningún dinero alcanzó para continuar con los negocios, ya que no solo se trata de nuestro hogar con necesidades propias y de las familias, también se tiene que pagar luz, agua, impuestos locales, estatales y federales donde nos aplicaron la ‘ley del inquisidor’. No tuvimos liquidez y por eso considero que al menos unos 15 hotelitos o casas de huéspedes desaparecieron del giro”, detalló.
Para Carrillo Rivero hay quienes se niegan a morir en el intento con la esperanza de que la economía migre del petróleo al turismo. Hacen muchos esfuerzos para mantener en pie sus inmuebles, pero otros como él están cansados de no tener alternativas. En tanto, quienes han sobrevivido enfrentan deudas de petroempresas prestadoras de servicio a PEMEX que, entre crédito y crédito, los tienen al borde de la quiebra.
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