En el Hospital de Petróleos Mexicanos (PEMEX), los capos de la salud tienen controlado el suministro de medicamentos y servicios mediante el robo “hormiga”. Los tratamientos y estudios para personas con enfermedades crónico-degenerativas como el cáncer se subrogan a farmacias y clínicas privadas, denunció Carlos Enrique León Ramírez, presidente de la Asociación de Petroleros Jubilados del Carmen.
El líder mencionó que sufrió de cáncer y fue enviado a recibir atención en el Hospital Sur de Picacho, donde le suministraron 40 radiaciones y 10 quimioterapias. Sin embargo, al menos las radiaciones las recibió en una clínica privada, obligando a PEMEX a pagar hasta tres veces más el costo de este tratamiento, debido a la corrupción que promueve esa “escasez” a propósito.
“No existe escasez, existe corrupción”, afirmó León Ramírez, indicando que los capos sindicales de la salud tienen ese control. PEMEX no supervisa sus inversiones y envía a los pacientes al subrogado, beneficiando a clínicas particulares y consultorios privados mediante robos hormiga. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) debería estar involucrada, añadió.
León Ramírez señaló que no hay equipos especializados para estudios de enfermedades graves en PEMEX, pero en las clínicas subrogadas sí los tienen. Esto refleja una mafia que continuará hasta que los ciudadanos y trabajadores alcen la voz y denuncien las anomalías, incluyendo a los sindicatos.
El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), a través de sus secciones sindicales, viola la cláusula 86 hasta la 99 del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), que garantiza atención médica de calidad para los trabajadores, lo cual no se cumple en el Hospital de Ciudad del Carmen debido a la falta de áreas de especialidades.
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Finalmente, León Ramírez lamentó que los extrabajadores activos, hoy jubilados, que hicieron grande a PEMEX, sean los más castigados por esta mafia, enfrentando dificultades para recibir atención médica y tratamientos farmacéuticos, sometidos a filtros como si su salud fuese una moneda de cambio y a expensas de los intereses económicos de otros.