Aunque ambos tienen cuerdas y un cuerpo de madera, un violín es distinto a una guitarra. Engarzar o confrontar la trova yucateca y la música de una orquesta es otra cuestión. “Se habla de la música tradicional frente a la música académica”, comenta a POR ESTO! el maestro guitarrista y trovador Luis Fernando Tió Novelo. “Más allá de todo, hay dos clases de música nada más: la buena música y la mala música. Uno puede tocar una jarana, y puede estar bien tocada o mal tocada. Lo mismo con la música académica. De mi parte, en lo que concierne a la música popular, trato de enriquecerla un poco con acordes bitonales o politonales; le meto más color, cromatismos. Intento darle un toque más contemporáneo”.
“Somos de dos caminos musicales distintos. Uno, el de Luis Fernando es la música tradicional yucateca, y la mía es la clásica”, afirma el violinista y director de orquesta José Luis Chan Sabido. “No obstante eso, hay un par de cosas en las que nos encontramos: amamos el entorno donde crecimos. También nos une el amor por la música popular y la trova yucateca”, concilia, y añade: “lo que yo hago, que es música clásica, no corresponde en realidad a la tradición yucateca. Sí tiene un valor cultural importante para la formación de la sociedad, pero lo que es el contenido social y humano de la comunidad de nuestro Estado, el patrimonio de losyucatecos, está representado con Luis Fernando a través de su música. Por eso es que tengo un tremendo respeto por lo que él hace, porque es lo que identifica a nuestra comunidad”.
Pero hay otro ámbito en que se hermanan la trova y la música académica. “Desde antes de la pandemia, varios años antes, la trova yucateca sufre una merma”, señala Tió Novelo. “Empieza a tener solicitudes de la gente para cantar canciones norteñas o lo que oye de banda, porque muchos jóvenes escuchan eso. Van y piden a los trovadores canciones de Los Tigres del Norte. Los músicos contestaban que no tocaban eso. También hubo situaciones en las que los trovadores no se adaptaron a los cambios y a las peticiones. Luego, con la pandemia, se recrudece el trabajo. Con la sana distancia, la gente ya no iba a la plaza, donde se reunían varios trovadores tradicionales yucatecos”.
Aborda el tema de la crisis de la trova yucateca desde otra perspectiva: “ahora, ¿qué pasa con la trova en general? Hablo de Mérida y del interiordel Estado. Hay varios muchachos que están interesados en la trova yucateca. Ha habido recintos, como la Escuela de Trova Yucateca y Música Popular del Centro Cultural ‘Juan Acereto’, que impartía cursos, para fomentar esta tradición. Esta escuela cerró. El nuevo gobierno no le pudo dar seguimiento. Pero hay muchos que están tocando la jarana de forma empírica, y lo están haciendo muy bien. De una forma innata, el yucateco tiene la cualidad para la música. No sé por qué, pero se da”.
En resumen, de acuerdo a Luis Fernando Tió, la trova yucateca “no se ha perdido, pero sí ha tenido una baja. La audiencia es menor ahora. Aunado a los estilos de música que nos bombardean en radio y televisión, sí siento que hay una disminución ajena a lo que hacemos nosotros”.
Chan Sabido aporta a la conversación con su experiencia: “en el ámbito clásico, la música ha tenido un golpe fuerte, muy fuerte a nivel mundial. Desde grandes solistas, como Plácido Domingo, la violinista Hilary Hahn o el pianista Lang Lang, hasta las agrupaciones musicales más pequeñas, se ha padecido los cierres de los teatros a nivel mundial. Los intercambios internacionales han estado pausados también”.
“Pero la parte positiva”, contrasta el concertista, “es que aprendimos, muchos de nosotros, a seguir creyendo en la humanidad. Respetando las creencias de quienes nos leen, diré que creo en Dios, quien nos puso una fortaleza en el interior para continuar. Símbolo de lo que decimos es verdad, es que generamos ahora este proyecto, como lo hicimos hace seis meses con ‘Arte en Yucatán’, cuando estuvimos ofreciendo conciertos gratuitos en línea”.
Reflexiona Chan Sabido: “hay que ser honestos también: la sociedad no estaba preparada para entender que se debía pagar por un proyecto en línea, porque el artista tiene que vivir. Nos sorprendió que a la gente le costaba un poco pagar. Optamos, en nuestro caso, por decir: ‘nosotros somos músicos, artistas, y como artistas moriremos’. Tenemos una misión en el mundo que es compartir e intentar, en la medida de lo posible, alimentar el espíritu del ser humano”.
Para presentar nuevamente al público la memoria y las tradiciones artísticas, Mérida, Mi hogar, un programa con 10 videos musicales, cada uno con una canción popular que encierran un recuerdo personal de cada quien (La Bikina, Flor de azahar, Bésame mucho, El Reloj, Somos novios, Contigo aprendí, Contigo a la distancia, Página blanca, Sabor a mí y Cerca del mar), se comenzarán a transmitir semanalmente, a partir del sábado 22 y domingo 23 a las 20:00 horas por medio del canal de YouTube de José Luis Chan Sabido y la plataforma midvi.mx. Por cada video se expondrá una anécdota (cinco del guitarrista trovador Yucateco y cinco del violinista concertista clásico) que reflejan la vida cotidiana de los niños meridanos de los años 70.
Sobre la variedad del repertorio, Chan Sabido advierte: “las piezas que tocaremos no sólo incluyen canciones del repertorio tradicional yucateco. Hay canciones que tocábamos entonces. Un ejemplo es La Bikina, que se conoce más en el ámbito del mariachi. La tocábamos en la calle. Cuando yo tenía nueve años, yo ya sacaba mis piezas en violín. Era parte del grupo familiar en la calle, tocando con el violín en la puerta de la casa. Yo tocaba La Bikina. Por eso iniciamos el ciclo con ella”.
Además de los parques de La Ermita, San Cristóbal, la Plaza Mayor y el Parque de las Américas, el barrio de San Sebastián es fundamental para el recuento de memorias. Tió Novelo cree que, “por razones del azar”, creció con Chan Sabido en el mismo lugar. Y no sólo eso. “Curiosamente, estudiamos en la misma escuela, no en el mismo año, eso sí. Fue en el preescolar María Antonia Ancona. En la primaria, estudié con el hermano de José Luis, Gabriel, quien se acercó a mí y me preguntó: ¿no te acuerdas que estudiamos juntos? Años después me enteré que había un niño virtuoso en el violín; era José Luis”.
Chan Sabido relata: “en los setentas, era un barrio bravo. Había usos y costumbres muy marcados. Por ejemplo, en las noches frescas, cuando empezaba a soplar un viento muy agradable, la gente solía salir a lo que llamábamos ‘tomar el fresco’. La mayoría de las familias yucatecas tenía el hábito de cantar y tocar la guitarra, de manera autodidacta. Colocaban sillas en la calle, y se ponían a hacer música. Me encontré con Luis Fernando años más tarde. Hallé un músico completísimo en cuanto a su especialidad, que es la trova yucateca, con una preparación musical muy importante”.
El violinista y maestro hace un llamado: “el patrimonio de los yucatecos es su cultura, lo que surgió del mestizaje, como lo es la trova yucateca. No debemos temer a tomar información nueva de otros géneros y otras culturas musicales. Pero debemos considerar que es un patrimonio mundial el que cada cultura preserve su identidad. Puedo ser una persona conocedora de otros conocimientos, pero para que yo pueda enriquecer el mundo, debo conservar mi cultura para compartirla con los demás. No debemos dejar de fomentar, compartir y preservar la trova yucateca, que es lo que identifica a nuestra comunidad”.