Este 15 de abril se conmemoran los 65 años de la muerte de Pedro Infante, uno de los ídolos más grandes de México, quien con su gran carisma y su talento tanto para actuar como para cantar conquistó los corazones de todo un país.
Sin embargo, su vida acabó en un trágico accidente cuando piloteaba su avión desde Mérida, Yucatán, rumbo a la Ciudad de México, quedando para el resto de la historia como una leyenda de la cultura nacional.
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Pese a que vivió tan sólo 39 años, durante 17 de ellos el actor filmó 61 películas entre largos y cortometrajes, aunque no fue la única actividad que desempeñó, pues tenía una rutina rigurosa que le permitía desarrollarse en otras situaciones.
De acuerdo con su primera esposa, María Luisa León, el actor se paraba a las cinco de la mañana a correr y remar en el bosque de Chapultepec, y acababa su mañana en el gimnasio con ejercicios con pesas, siendo uno de los primeros actores en México en trabajar su cuerpo.
Pero una de las actividades que más le gustaba hacer a Pedro Infante era la del boxeo, la cual desarrolló luego de haber filmado Pepe el Toro, la última película de la trilogía Nosotros los pobres.
En esa cinta Infante personificó a un boxeador, después de fracasar como carpintero, aunque no pasó de un gusto de aficionado, el actor sabía meter muy bien los puños, hacer sombra, mover la cadera y esquivar los golpes, incluso decían que tenía un gran golpeo, por lo que probablemente de no haber destacado en la actuación, bien pudo haberse dedicado al pugilismo.
También es sabido que Pedro Infante perteneció a un equipo amateur y se sabe que jugó en una selección de Sinaloa, como tercera base, en un juego pro damnificados de Cuba que sufrió daños por un huracán.
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JAL