La noche de boxeo en Los Ángeles fue testigo de un emocionante y controvertido enfrentamiento entre Isaac "Pitbull" Cruz y José "Rayo" Valenzuela por el título superligero de la AMB. El combate, que sirvió de antesala al evento estelar Crawford-Madrimov, culminó con la victoria sorpresiva de Valenzuela por decisión dividida (115-113, 112-116, 112-116).
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Desde el primer campanazo, la pelea se caracterizó por el contraste de estilos. Cruz, fiel a su apodo "Pitbull", buscó imponer su agresividad característica, mientras que Valenzuela aprovechó su mayor alcance y precisión técnica. Esta dinámica mantuvo al público en vilo durante los doce asaltos.
El punto de inflexión llegó en el cuarto round, cuando Valenzuela conectó un golpe contundente en la quijada de Cruz. Este impacto no solo mermó la velocidad del campeón, sino que también marcó un cambio en el ritmo y control de la pelea.
A medida que avanzaba el combate, Valenzuela fue ganando terreno con su jab preciso y combinaciones oportunas. Cruz, por su parte, buscó incansablemente el golpe de nocaut que le permitiera retener su título, pero la estrategia y condición física superior de Valenzuela frustraron sus intentos.
La decisión de los jueces generó controversia entre el público y los expertos. Cruz, mostrando deportividad en la derrota, declaró: "El mejor juez es la afición, y así lo está demostrando". Inmediatamente, el ex campeón solicitó una revancha, prometiendo recuperar el título perdido.
Este resultado no solo representa un giro inesperado en la carrera de Isaac Cruz, sino que también establece a José Valenzuela como una nueva figura prominente en la división superligera. La controversia generada por la decisión y el llamado a una revancha prometen mantener el interés de los aficionados en los próximos meses.
