El yucateco Rodrigo Pacheco Méndez se sobre puso al dolor para ganar en forma espectacular al rival más complicado de su corta carrera con lo que se metió a la segunda ronda del Abierto Mexicano de Tenis.
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El zurdo boxito se impuso con un saque ace en la muerte súbita del tercer set al australiano Aleksandar Vukic, 66 del mundo, en duelo que terminó 7-5, 4-6 y 7-6(4) en la que ha sido uno de los mejores partidos de su corta carrera.
Pero para hacer la victoria más dramática lo hizo con varias raspadas en la rodilla y el brazo, producto de una caída al final del segundo set por lo que debió tener atención médica.
Rodri se llevó en forma más que espectacular el primer set, mostró mucha madurez y crecimiento en su juego, supo meter dejaditas, globos, pases en shot y hasta efectos, pero principalmente lo hizo en el momento preciso.
En el décimo juego, con el servicio del boxito, demostró esa mejora mental al levantarse de un 0-40 para sostener su saque después de tener dos ventajas, lo que le dio un levantón de ánimo que lo llevó a romperle el saque al de Oceanía en el siguiente juego.
Con la muestra puesta para llevarse el primer set sacó en el juego 12 donde se vio dominante ya que no perdió ningún punto, hasta tiempo le dio para parar en una jugada y decidiese por una dejadita donde quedó parado Aleksandar.
El segundo set fue muy complicado para el azteca ya que a pesar de meter buenas pelotas la parte fina no estuvo tan acertado, varias de sus voleas se fueron apenas por las líneas lo que le hizo perder en una oportunidad su saque.
El australiano aprovechó estos resquicios que le dieron para levantar de nuevo su juego y llevarse el set, aunque no sin dificultades ya que vendió cara la derrota Pacheco Méndez que no bajó los brazos en ningún momento.
El tercer set fue de toma y daca, a pesar del visible malestar que sentía Rodri por las raspaduras se mantuvo firme ante los saques de Alek y metió sus pelotas con fuerza, lo que los llevó a mantener ambos su servicio.
Fue tan parejo que se llevaron el duelo hasta la muerte súbita donde sacó fuerzas para venir de perder su saque al principio del partido visiblemente adolorido ganar el partido.
