El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha implementado una serie de medidas que refuerzan su política migratoria, enfocada en restringir el acceso al asilo y aumentar la presencia militar en la frontera sur.
Estas acciones incluyen una orden ejecutiva que suspende la entrada física de migrantes considerados parte de una "invasión" y amenazan con acciones legales contra ciudades santuario.
Cierre al asilo y deportaciones inmediatas
La orden ejecutiva firmada por Trump prohíbe el acceso al asilo para extranjeros que hayan transitado por países con enfermedades transmisibles antes de llegar a Estados Unidos.
De acuerdo con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), en las primeras 33 horas de operación bajo este mandato, se detuvo a 460 indocumentados.
Además, el Departamento de Estado canceló vuelos para aproximadamente 10 mil refugiados que tenían procesos de ingreso aprobados.
Incremento en la presencia militar
Trump autorizó además el despliegue de mil 500 soldados adicionales en la frontera sur, que se sumarán a los 6 mil 700 efectivos ya presentes, incluyendo reservistas de la Guardia Nacional de Texas.
Documentos internos indican que podrían movilizarse 10 mil soldados más en los próximos meses.
El Pentágono apoyará con helicópteros y transporte aéreo militar para la deportación de más de cinco mil personas. También se ha iniciado la construcción de nuevas instalaciones de detención con capacidad para albergar 10 mil migrantes.
Acciones legales contra ciudades santuario
El Departamento de Justicia, mediante un grupo de trabajo, identificará leyes y políticas locales que contravengan las iniciativas migratorias federales. Las autoridades locales que no cooperen podrían enfrentar acciones legales.
Ley Laken Riley: nuevas detenciones
La Cámara de Representantes aprobó la Ley Laken Riley, que permite detener a indocumentados implicados en delitos no violentos, como hurtos menores. Esta es la primera ley migratoria que Trump firmará en su segundo mandato.
IO