
El gobierno japonés ha actualizado sus estimaciones sobre el impacto potencial de un megaterremoto en la fosa de Nankai, una de las zonas sísmicas más activas del país.
De acuerdo con el informe publicado el 31 de marzo de 2025, un sismo de magnitud 9 en esta región podría resultar en la muerte de aproximadamente 300 mil personas y generar pérdidas económicas cercanas a los 270.3 billones de yenes (alrededor de $1.8 billones de dólares), lo que equivale a casi la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) anual de Japón.
La fosa de Nankai, que se extiende a lo largo de 900 kilómetros frente a la costa suroeste del Pacífico japonés, es el punto de convergencia de las placas tectónicas del Mar de Filipinas y la Euroasiática.
Históricamente, esta zona ha experimentado megaterremotos cada 100 a 150 años, siendo el último registrado en 1946. Expertos señalan que existe una probabilidad del 80 por ciento de que un sismo de magnitud entre 8 y 9 ocurra en esta área en los próximos 30 años.
El informe detalla que, en el peor de los escenarios, un terremoto de esta magnitud podría generar tsunamis devastadores y el colapso de miles de edificaciones.
Se estima que alrededor de 215 mil personas perderían la vida debido a los tsunamis, mientras que 73 mil fallecerían por el colapso de estructuras y nueve mil a causa de incendios. Además, se prevé que aproximadamente 2.35 millones de edificios quedarían completamente destruidos.
Las autoridades japonesas han indicado que revisarán sus planes de prevención de desastres para designar áreas prioritarias en función del riesgo de inundación y desarrollarán un nuevo plan de resiliencia para el período fiscal 2026-2030.
Estas medidas buscan fortalecer la preparación y respuesta ante la alta probabilidad de un megaterremoto en la fosa de Nankai, con el objetivo de minimizar el impacto en la población y la economía del país.
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