El Día del Amor y la Amistad es una fecha para celebrar el afecto, pero también una oportunidad para cuestionar la idea del amor romántico que, a lo largo de los años, ha sido moldeada por normas sociales, económicas y culturales.
Desde la infancia, la sociedad nos enseña que el amor debe seguir un esquema predeterminado: una pareja heterosexual, establecida bajo la monogamia y con el matrimonio como máxima aspiración.
Esta visión patriarcal y capitalista impone roles de género que afectan profundamente nuestra forma de relacionarnos.
El amor como construcción cultural
La idea del "amor verdadero" ha sido reforzada por el cine, la televisión y la literatura, consolidando estereotipos como la búsqueda de la "media naranja", la creencia de que "los polos opuestos se atraen" o que "los celos son una prueba de amor".
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Como señala la escritora Coral Herrero Gómez, el amor romántico es un producto cultural basado en mitos que perpetúan desigualdades de género. A las mujeres se les asigna el papel de figuras tiernas y abnegadas, mientras que los hombres deben ser protectores y proveedores.
Las consecuencias de idealizar el amor
Esta visión provoca que muchas personas asuman relaciones tóxicas como normales. La idealización de la pareja, la dependencia emocional y el sacrificio absoluto son características que, con el tiempo, pueden derivar en frustración y sufrimiento.
La psicóloga Simone de Beauvoir advertía:
"El día que una mujer pueda amar desde su fortaleza y no desde su debilidad, ese día el amor será una fuente de vida y no un peligro mortal".
Nuevas formas de amar
Actualmente, movimientos como el feminismo y la contracultura han cuestionado el modelo tradicional de amor. Relaciones poliamorosas, abiertas, híbridas o sin etiquetas están ganando reconocimiento, promoviendo la autonomía, la equidad y la diversidad afectiva.
El reto es construir vínculos basados en el respeto, la igualdad y la confianza, sin la imposición de roles que perpetúan desigualdades. Como decía Antoine de Saint-Exupéry:
"El amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección".
Este 14 de febrero, más allá de celebrar el amor, reflexionemos sobre cómo lo vivimos y lo construimos.
IO