Claudia Sheinbaum, candidata presidencial, y Mario Delgado, líder nacional de Morena, rechazaron categóricamente las afirmaciones sobre una posible influencia del narcotráfico en las campañas electorales de su partido.
Sus declaraciones se produjeron tras las advertencias de magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sobre una potencial injerencia del crimen organizado en el proceso electoral.
Durante la conclusión de la Reunión Plenaria de Morena en el Senado, Sheinbaum y Delgado expresaron su expectativa de que las elecciones del 2 de junio se desarrollen de manera pacífica, con alta participación y sin irregularidades.
Aunque mostraron respeto por las opiniones del TEPJF, señalaron su desacuerdo con la perspectiva de que la influencia del crimen organizado sea una realidad generalizada en México.
Delgado, en particular, criticó a partidos de oposición, insinuando que tienen vínculos más fuertes con el narcotráfico.
Hizo referencia específica al PAN, sugiriendo que un narcotraficante preso en Estados Unidos estaba previamente a cargo de la dirección nacional de dicho partido.
Finalmente, Delgado sugirió que las acusaciones contra Morena forman parte de una estrategia de "guerra sucia" con el fin de desacreditar los éxitos electorales del partido.
Ambos líderes reafirmaron su compromiso con una campaña limpia y transparente, libre de cualquier influencia externa perjudicial.
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