A pesar del amparo otorgado por un juzgado federal para suspender la obra, ayer miércoles continuaron en el municipio los movimientos donde presuntamente se realizan trabajos delTren Maya.
Desde temprano, comenzó el ir y venir de volquetes que llevaban materiales de construcción. Muchas personas que habitan cerca de la línea del tren, veían con sorpresa el paso de vehículos pesados por las puertas de sus domicilios, llevando material que serviría para la construcción de las líneas del proyecto del gobierno federal.
Aún nadie sabe y nadie les ha informado a los habitantes de este municipio, si por fin pasará o no esta obra icónica de la cuarta transformación, o si el tren pasaría por donde antiguamente transitaba, o si cambió la ruta y pasaría a un lado del gasoducto.
Algunas residentes recordaron que, en un principio, cuando se realizó la encuesta sobre el Tren Maya, varias personas del poblado salieron a votar a favor de esta obra, pero ahora que los ingenieros que ven la obra les dijeron que se tiene que dejar veinte metros por lado, muchas de los que habitan cerca de allí se echaron para atrás, ya que perderían parte de su vivienda. A pesar de que les dijeron que les iban a pagar, nunca les hablaron del monto, lo cual les causa gran temor.
Karla Durán May, ama de casa y vecina del lugar, dijo que a ella en lo particular no le favorece esta obra, ya que, de hacerse realidad, “volaría su casa”, lo que le perjudicaría mucho, ya que su domicilio se encuentra a 15 metros de la línea del tren.
Para ella –dijo- es mejor que se desvíe para que no pierda su casa, “aunque te dicen que te lo pagarán, pero hasta el momento nadie nos dice cuanto”.
Por su parte, Pilar Ek señaló que les dijeron que iban a bardear frente a sus casas por estar viviendo cerca de la línea del tren.
SY