La historia de los últimos años de Afganistán es triste y lamentable, no solo por el destino de miles de ciudadanos inocentes, muchos de ellos quienes perdieron la vida, sino también por los millones de dólares que se han ido a la basura.
La ocupación por los miembros de la OTAN ha terminado y la estrategia era una retirada con una previsión de que los talibanes tardarían varios meses en ocupar el poder y el territorio de Afganistán.
Pero resultó que los talibanes se propagaron más rápido que las cepas del Covid-19 y de los cálculos de las distintas oficinas de inteligencia de los miembros de la OTAN; en pocos días ocuparon hasta la capital de Kabul, lo que derivó en que todos los funcionarios de las embajadas que se encontraban en dicho país han tenido que salir apresuradamente, pero algunos países tienen todavía miles de miembros de sus delegaciones diplomáticas, por lo que tardarían varios días en abandonar Kabul.
Miles de ciudadanos afganos salen despavoridos de sus casas para poder huir antes de la llegada del virus, por lo que ha sido un caos en el aeropuerto, incluso, en un vuelo militar entraron 640 personas como pasajeros.
Así también, decenas de personas desesperadas se encaramaron a las escalinatas y en los aviones militares, tras la suspensión de los vuelos comerciales, lo que desató una avalancha humana en las propias pistas del aeropuerto internacional Hamid Karzai con la esperanza de salir del país.
El Consejo de Seguridad de la ONU llamó a todos los países incluyendo a los talibanes para respetar los derechos humanos. Todas las miradas del mundo están en dicho país.
El propio presidente Biden tuvo que suspender sus vacaciones y dar un mensaje en donde explicaba que se dio cumplimiento a los acuerdos firmados por la administración de Trump.
Veinte años después de la invasión de Estados Unidos regresa al poder el Talibán, a lo que el presidente Biden señaló que había sido un error haber entrado a una guerra civil.
Las mujeres y los niños tiemblan por el régimen Talibán y a lo que pudiera llegar ese virus, en efecto ACNUR señala que el 80 por ciento de los desplazados son mujeres y niños que se encuentran aterrados.
2.26 billones de dólares gastó Estados Unidos en estos casi 20 años en Afganistán. Algunas cifras sobre las pérdidas humanas señalan que solo de los Estados Unidos fallecieron dos mil 243 soldados, así como que 72 periodistas perdieron la vida.
Los talibanes han mandado mensajes de que la guerra ha terminado; sus acercamientos con China y otras naciones plantean que no buscan vengarse y muestran una postura moderada.
Esperemos por el bien de miles de afganos que este virus Talibán no vaya a ser tan letal. La lección de estos primeros días refleja que los afganos salen de su país aterrados, pues pareciera que un fenómeno de la naturaleza quisiera arrasar con dicha población, como podría ser un volcán en erupción, un ciclón, un tornado, un terremoto o de un incendio incontrolable, pero resulta que no se trata de dichos fenómenos, sino del virus que más ha lacerado a la especie humana y a la naturaleza, es decir, el propio ser humano.