Aún con la exquisitez que representa y la amplia gama de olores y sabores que se multiplican a través de las manos de los panaderos para la elaboración de sus productos, la industria panificadora atraviesa hoy día una severa crisis económica que amenaza con el cierre de las panaderías y el despido de decenas de empleados que tiene ese importante sector de la economía, afirmó Dámaso Suaste Yam, panadero en Felipe Carrillo Puerto.
Aunque se mantiene hasta el momento el precio de cada una de las piezas de pan que se elaboran, hay problemas que afectan severamente la economía de quienes tienen en la operación de una panadería fincado el sustento de su familia, pues ahora, aunque se invierte más se produce lo mismo, pero se obtiene mucho menos ganancia, es decir, poco a poco la elaboración de pan está dejando de ser redituable y ello les preocupa, pues están de por medio cientos de trabajadores y que a su vez tienen familia que mantener, sostuvo el entrevistado.
Respecto a la situación que atraviesan, aseguró que el saquillo de harina de 44 kilos a principio de este año estaba en 400 pesos, hoy día no lo consiguen por menos de 485 pesos o más, representando un aumento de más de 20 por ciento de aumento en la materia prima, en menos de tres meses, ocurriendo lo mismo con la manteca, los saborizantes, colorantes, azúcar, mantequilla, levadura, sal, entre otros, pero si se toma en cuenta el alto costo de la energía eléctrica y el fuerte incremento en el gas que también utilizan para la elaboración del pan, los panaderos literalmente están caminando “pegadito a la pared”, señaló.
“Pese a todo estamos manteniendo el precio del pan, no podemos subirle por que estamos seguros que vamos a golpear la economía de las familias, estamos absorbiendo como microempresas toda esa vorágine de aumentos, si le subimos al pan vamos a perder clientes y nos venderemos y si no vendemos el destino seguro es la quiebra del negocio y con ello el despido de nuestro personal, pues ya no seremos incapaces de continuar pagándoles sus salarios”, aseguró.
Dámaso Suaste Yam recalcó que quienes mantienen abiertas sus panaderías en Felipe Carillo Puerto, en este momento están resintiendo los efectos de una economía adversa, “No sé como les esté yendo a ellos, yo llevo 15 años elaborando y vendiendo pan y es la primera vez que estoy trabajando a brazo partido para sobrevivir, pero además no me parece justo dejar sin trabajo a la gente que ocupo y que siempre me ha ayudado en estas labores”, concluyó.
MR