Cuando una Depresión Tropical se convierte en Tormenta Tropical, se le bautiza con un nombre, ya sea masculino o femenino; de hecho en Quintana Roo se tienen nombres de ciclones presentes en la historia de la entidad, como Gilberto, Janet, Beulah y Wilma, que causaron estragos importantes en los municipios que estuvieron dentro de sus trayectorias.
Pero la mayoría de las personas se pregunta de dónde vienen los nombres y quién se los pone, ya que se desconoce esta información de manera general, pues no se publica o se transmite a la ciudadanía; por lo que es importante conocer quién escoge los nombres de los fenómenos meteorológicos, sobre todo que afectan en el Océano Atlántico.
¿Quién le pone nombre a los huracanes?
En Ginebra, existe una institución que se encarga de pasar la lista de los nombres que tendrían los fenómenos meteorológicos que llegasen a desarrollarse en las temporadas anuales.
Esta institución es la Organización Meteorológica Mundial; para la elección de los nombres existe un procedimiento estricto; en el caso de la lista de huracanes en el Océano Atlántico son 21 nombres que se asignan y se van alternando; la lista se modifica cada año y al paso de seis años se cierra un ciclo y se buscan nuevos.
Para los ciclones en el Océano Pacífico, el proceso es el mismo, pero la lista incrementa a 24 nombres; al nacer una Tormenta Tropical, los responsables de meteorología siguen el orden de la lista, tal cual y sin saltarse ninguno, hasta terminarlos, en ese caso, si se supera el número de fenómenos meteorológicos pronosticados, se comenzarán a usar los nombres de las letras del alfabeto griego.
Los nombres de los huracanes o tormentas que hayan causado daños graves y/o un número considerable de fallecimientos, se retiran de las listas y no serán nuevamente utilizados, como Wilma, que desde 2005 fue retirado, lo mismo con el Huracán Katrina, que provocó devastación en la costa este de Estados Unidos ese mismo año.
¿Desde cuándo se 'bautiza' a los huracanes?
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los fenómenos ciclónicos que afectaban la región de las antilllas, eran nombradas por el santoral del día en que 'tocaban tierra', un caso registrado es el Huracán 'Santa Ana', que azotó la isla de Puerto Rico en 1825.
Pero fue Clement Wragge, un meteorólogo australiano, quien fue el primero que usó un nombre para denominar a los fenómenos meteorológicos a finales del siglo XIX, y lo hacía siguiendo el orden alfabético griego y luego el romano; posteriormente se inclinó por nombres mitológicos y de políticos que no aprobaba, y luego eligió usar nombres femeninos,
Con información de NatGeo
CG