La lagartija llamada huico de Rodeck, o huico de Quintana Roo (Aspidoscelis rodecki), es una especie endémica en Puerto Juárez e Isla Mujeres, que ha convertido al Parque Nacional de Isla Contoy en su último refugio, donde es estudiada para su protección y cuidado, en medio de su inminente desaparición en otros puntos a causa del avance del desarrollo turístico, reportó el personal del sitio.
“El Parque NacionalIsla Contoy es un laboratorio único para la investigación y, por lo tanto, del manejo sustentado de la información”, dijo la exdirectora de la reserva, María Del Carmen García Rivas, al comentar acerca del compromiso de los especialistas en la conservación de especies.
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La Dirección del parque señaló al personal del grupo de visitantes que arriban para recorrer los senderos, que la lagartija se encuentra en peligro de extinción, es endémica de México y se reproduce a través de partenogénesis, lo que significa que la hembra no necesita del macho para fecundar los huevos.
Los especialistas refirieron que hay diversas investigaciones del tema y han encontrado variaciones morfológicas y genéticas entre los individuos que habitan en Contoy y los del continente, por lo que es posible que se hayan divergido debido al aislamiento.
El Área Natural Protegida es el único sitio donde estas especies son encontradas en abundancia y no así en la cabecera Municipal de Isla Mujeres y en la Zona Continental y Puerto Juárez, debido al avance de la mancha urbana y del desarrollo de la infraestructura hotelera en Isla Blanca.
Durante las investigaciones que datan de 1962, el Gobierno Federal decretó en 2001 la NOM-059-Semarnat como una especie sujeta a protección especial, pero conforme seguía disminuyendo su población en el municipio a la vuelta de 10 años, la Secretaría deMedio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) decidió elevar a rango de “peligro de extinción” la especie con la norma NOM-059-Semarnat-2010.
En las investigaciones hechas, la fecundidad de la lagartija difiere con los de Puerto Juárez; en Contoy depositan de dos a cuatro huevos en promedio, y en el continente de dos a tres, según estudios de 1998.
Entre los factores de riesgo aparece la destrucción de su hábitat costero, “por medio de la creación desmedida y poco regulada de zonas turísticas. Su relativa alta prolificidad intrínseca conferida por la partenogénesis, parece insuficiente ante la eliminación definitiva del componente vegetal de su ambiente”, advirtieron.
A los visitantes que arriban diariamente a la reserva se les informa de este problema, comentándoles que ellos pueden ver de cerca esta especie entre los arenales, un privilegio particular, pues en otro lado ya es difícil.
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NR