Hace un año, el gobierno de Carlos Joaquín dio a conocer la construcción de una ciclovía de 16 kilómetros en Cancún, cuyo gasto asciende a más de 250 millones pesos y contempla una partida de 27 millones de pesos del Fondo Metropolitano. Sin embargo, aunque el proyecto presume que beneficiará a 600 mil habitantes, la realidad es que son muy pocos los ciclistas que circulan sobre las vialidades, en especial en aquellos tramos ubicados en zonas de alta plusvalía.
Si bien se ha incrementado el uso de la bicicleta como medio de transporte económico, el proyecto planteado desde la Administración Estatal va más enfocado a la promoción de actividades recreativas, como paseos y convivencia, y no como una infraestructura de movilidad urbana. Además, las ciclovías sólo se encuentran en pocos tramos, la mayoría en zonas privilegiadas.
Sin plan de movilidad
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Recordemos que desde que comenzó la pandemia de COVID-19, en muchas ciudades se registró un auge en el uso de la bicicleta, debido a que otros sistemas de transporte, como camiones de pasajeros o el Metro, suponían mayor riesgo de infección.
Por ejemplo, en la Ciudad de México se implementaron medidas para promover el empleo de la bicicleta, con estrategias como la reconversión de carriles para autos en ciclovías emergentes, las cuales, con el paso del tiempo se establecieron de manera definitiva.
Esto permitió aprovechar una infraestructura de movilidad que ya estaba trazada, así que sólo la acondicionaron, con señalamiento y pintura. Pero en el caso de Cancún, se ha optado por reducir los senderos peatonales, en lugar de reordenar las vialidades para automotores.
Directrices Vs. Realidad
Según ONU-Hábitat, Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, los Gobiernos deben dar prioridad a la construcción de vialidades que integren y destaquen la seguridad y conveniencia de peatones, ciclistas y conductores de vehículos motorizados.
Sin embargo, la realidad del proyecto Movilidad Urbana y Sustentable: Ciclovía y Andadores para la Ruta del Parque de la Equidad” en Quintana Roo, está lejos de ser una solución de movilidad eficiente, al menos en el corto plazo. Aunque conecta a las avenidas Cancún, Kabah y la calle Pedregal Bonfil, son pocos los ciclistas que circulan por ahí, en especial al mediodía, cuando la radiación solar es más intensa y riesgosa para la salud.
Incluso, otras ciclovías como la de Bonampak, a la altura del Kilómetro Cero, están subutilizadas, pues son escasas las personas que transitan ahí.
Además, recortaron parte de la banqueta peatonal para colocar el camino dedicado a los vehículos no motorizados, y no tienen la anchura necesaria para que dos bicicletas transiten de manera bidireccional, por lo que existe el riesgo de chocar de frente.
Ni seguridad ni sombra natural
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que los planes de desarrollo urbano deben contemplar ciclovías intermodales, es decir, que permitan a los ciclistas transitar a lo largo de varios tramos de ciclovía conectadas al transporte público, que a su vez contemplen estacionamientos para bicicletas.
En Cancún, esto no se cumple. Los planes de desarrollo urbano del Ayuntamiento de Benito Juárez deberían integrar infraestructura para que los ciclistas tengan mejores condiciones de movilidad, como estaciones seguras para aparcar las bicicletas. Incluso, contar con árboles, pues esto favorece caminos más frescos y con sombra natural para que peatones y ciclistas no sufran golpes de calor.
También debe incluir señalización adecuada para prevenir accidentes, así como alcantarillado óptimo, que evite encharcamientos.
Con base en estas consideraciones, las ciclovías serían una alternativa real de movilidad sostenible que permita a los habitantes ahorrar tiempo y dinero. Incluso, fomentaría un estilo de vida más saludable.
Implementación inadecuada
Por Esto! realizó un recorrido en algunas de las principales ciclovías de Cancún, y tardó mucho tiempo para encontrar a un ciclista que las utilizara. Por el contrario, en las vialidades más céntricas, donde hay más actividad comercial y más vegetación, es más frecuente encontrar personas en vehículos no motorizados.
La ciclovía terminada en 2021, en la avenida Bonampak, fue construida por el actual Gobierno de Quintana Roo, a través de la Secretaría de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable (Sedetus), con una inversión de 32 millones 168 mil 417 pesos, de los cuales 28 millones 906 mil 505 pesos eran provenientes del Fondo Metropolitano y tres millones 261 mil 852 de recursos públicos estatales.
Asimismo, pese a que la ciclovía de la Bonampak fue contemplada dentro del Plan de Acción Climática Municipal de Benito Juárez Quintana Roo en 2015 y en el Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Benito Juárez Quintana Roo 2018-2030, su integración a nivel Estatal con otros proyectos de movilidad se queda corta, al no estar vinculada a otras redes como el sistema de transporte público.
En la avenida Chac Mool se construye parte de una ciclovía que conduce a un cenote. La idea es que el microecosistema hidráulico esté integrado al paisaje urbano de la zona, pero el agua está contaminada; incluso hay material de construcción sedimentado en este cuerpo acuático natural.
En tanto, en la ciclovía de la avenida 20 de Noviembre, hay una mayor afluencia de personas, tanto a pie como en bicicletas. Este camino reproduce un modelo similar al de la avenida Chac Mool y avenida Cancún: un parque lineal con diversos servicios e infraestructura que promueve la recreación y la convivencia, más allá de promover la movilidad sostenible.
Para esta artículo no se tomó en cuenta la ciclovía de la Zona Hotelera, ya que esta es desarrollada por el Fondo Nacional del Fomento al Turismo (Fonatur) y su enfoque está más orientado a las actividades recreativas de los turistas y carece de un enfoque social.
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JG