La captura de langosta en Quintana Roo durante el primer mes de la temporada se mantiene entre 12 y 16 toneladas, considerada un poco baja, debido a las condiciones climáticas adversas de la semana anterior y a la escasez del crustáceo, que aparentemente se ha alejado de las costas debido al agua mala que llegó a Yucatán.
El Coordinador de Pesca en el municipio de Lázaro Cárdenas, David Valerio, informó que los hombres de mar están centrados un poco más en la captura de langosta, aun cuando ya inició la pesca del pulpo, del que aún no se tienen expectativas y los precios del kilogramo no se han definido.
El funcionario dijo que cuatro cooperativas tienen permiso para capturar el crustáceo, una de Chiquilá y tres de Holbox, que en promedio han reportado en este mes entre tres y cuatro toneladas; un inicio considerado bajo en los últimos años.
Explicó que de acuerdo con los pescadores, ha influido mucho la pesca furtiva, por la falta de vigilancia de parte de las autoridades durante la veda; además de que en la parte de Yucatán el agua mala ha afectado, evitando que la langosta recale en las costas de la isla.
Son más de 400 los pescadores que se dedican a la actividad, de un padrón de más de mil 200; el resto se aboca a la pesca de escamas y ahora del pulpo, ya que de este producto marino todas las cooperativas tienen los permisos para capturarlo, al iniciar su periodo de pesca este mes de agosto.
Externó que los hombres de mar han dado a conocer que no se tiene un precio estipulado por el kilo del pulpo, ni las expectativas para este año, ya que los pescadores están centrados en la captura del crustáceo, aprovechando que hay una moderada captura y las condiciones climáticas son buenas.
Aún así, el optimismo no disminuye y al haber comenzado agosto, creen que este mes será mucho mejor que julio y mejorará la captura, siempre y cuando no se tenga mal clima, como en el arranque de la temporada de langosta, que dejó varios días varadas las embarcaciones y a los marineros, sin poder trabajar.
David Valerio detalló que el producto obtenido es enviado a Cancún y la Riviera Maya, donde es consumido por los turistas; incluso hay quienes satisfacen la demanda local en restaurantes, aunque no es mucha, ya que este producto es considerado un lujo al alcanzar precios de hasta mil 200 pesos, y no todos tienen el poder adquisitivo para comprarlo.
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CG