A lo largo de 30 años de la vigencia del contrato de concesión de Aguakan, la empresa se ha distinguido por no invertir para ampliar y mejorar la infraestructura que ya había avanzado considerablemente la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA). En cambio, sus cobros son indebidos al medir aire como agua, acusan los afectados, que reclaman la intervención del Gobierno.
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Efectivamente, el consumo mínimo en 2018 era de 176 pesos, pero ahora ha aumentado a 257 pesos; un incremento del 46.02 por ciento. Generalmente, los recibos llegan abultados porque se rebasan los 10 metros cúbicos, incluso para familias de dos o tres miembros.
Parece que el fenómeno de baja presión de agua ocurre debido a la presencia de mucho aire en la red, lo cual hace que se muevan las manecillas de los medidores, lo que sucede cuando se dejan abiertos los grifos para llenar los tinacos y cisternas de las familias.
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Ahora se recomienda cerrar la toma de agua antes del medidor cuando no hay agua, como le sucedió al señor Luis Valencia, que tuvo un consumo de 49 metros cúbicos en septiembre y 42 en octubre, cuando generalmente en los meses anteriores apenas superaba los 10 metros cúbicos, según su historial de recibos.
“Recibimos maltrato por parte de la empresa. Ya es hora de que se vaya y que el servicio vuelva a estar a cargo de la CAPA”, señaló, después de intentar reclamar la supervisión de su medidor para comprobar lo mencionado, ya que en su casa no viven más de tres personas.
Nicolás Poot coincidió con la urgencia de cancelar el contrato de una vez por todas y con la necesidad de mejorar el servicio que presta Aguakan. Está de acuerdo en que se instale una segunda línea submarina para garantizar el servicio en caso de emergencia, que se construya otra cisterna de mil metros cúbicos en la parte Sur para racionar agua en caso de un desastre natural y se construya la planta desaladora en 2024.
Sólo engaña
Los entrevistados recuerdan que el consorcio ha incumplido sus promesas de introducir el agua en Ciudad Mujeres como se esperaba. Además, no ha logrado llegar al 100 por ciento de la red de drenaje y sigue la contaminación del subsuelo en la parte Sur de la isla, debido a que no se ha conectado la infraestructura que se construyó en 2018.
De los 37.6 millones que prometió invertir en 2022, canceló casi todo el recurso sin dar explicación, en el verano de ese año. Tampoco ha reactivado la inversión en 2024, y se desconoce el paradero de 30 millones de ese recurso que se destinaron a Isla Mujeres.
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AT