El instituto Nacional de Migración ha emprendido un acoso constante contra los turistas extranjeros que visitan el, principalmente de Belice, pues no han entendido la dinámica de esta ciudad fronteriza, denunció el presidente de la Asociación de Hoteles de la Zona Sur de Quintana Roo, quien apuntó que en esta región del Estado, el fenómeno de la migración ocurre de manera diferente, al de ciudades como Chiapas, en dónde los controles de la dependencia federal son más rígidos.
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Explicó que desde hace décadas e inclusive un siglo, desde la fundación de Chetumal, el intercambio cultural con los habitantes del vecino país, ha sido cordial lo que ha permitido establecer una relación económica, puesto que muchos habitantes del Norte prefieren acudir a esta ciudad para adquirir productos básicos, además que buscan atención médica y finalmente divertirse en los antros de la ciudad.
Sin embargo, desde hace unos meses, se ha registrado una disminución en el uso de hoteles por parte de este sector de la población ya que el personal del Instituto Nacional de Migración, únicamente le permite el acceso al país, por un día, y hasta por dos si demuestran que cuentan con un boleto de avión de regreso y alguna reservación de hotel.
Debido a lo anterior, los visitantes beliceños prefieren acudir sólo a realizar compras y no permanecer más de 24 horas en Chetumal, por los riesgos que implicaría no cumplir con las determinaciones de las autoridades migratorias.
Recordó que es imposible entablar una relación con los delegados y subdelegación del INM para poder homologar criterios que permitan el ingreso de los visitantes beliceños por un corto tiempo, pues son cambiados frecuentemente, por lo que resulta complicado planear la problemática y buscar algún tipo de solución.
Reconoció que en ciudades como Chiapas o algunas del Norte del país, los protocolos son más estrictos y van dirigidos a impedir la migración ilegal, lo cual es entendible, pero recordó que los beliceños no buscan emigrar hacia México, sino sólo acudir a realizar compras y hacer uso de los servicios que brinda la ciudad, por lo que aplicar medidas tan extremas sólo desalienta a los habitantes del vecino país visitar esta ciudad.
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