El 90 por ciento de las 120 embarcaciones menores autorizadas para el avistamiento y nado con el tiburón ballena debe contar con el chip de identificación en la próxima temporada, según lo establecido en el Plan de Manejo vigente.
En el 2021, la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) incluyó en el protocolo la meta de avanzar en un 70 por ciento con la incorporación de estos dispositivos de seguridad para verificar la ubicación de las embarcaciones en alta mar en todo momento.
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Para el próximo periodo de avistamiento, que va del 15 de mayo al 17 de septiembre, se espera que la cobertura del plan alcance el 90 por ciento. La meta es llegar al 100 por ciento, de acuerdo con lo establecido para actualizar el registro de prestadores de servicios y embarcaciones autorizadas.
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Cabe destacar que se descartó la propuesta de utilizar dispositivos para proteger a la especie debido al número de lesiones causadas por el contacto accidental con las hélices, al instalar una especie de jaula en éstas, en 2019.
El avistamiento del tiburón ballena en la próxima temporada se espera que genere una derrama económica de aproximadamente 280 millones de pesos en promedio. En su momento los funcionarios de la Semarnat sugirieron una tarifa de 120 dólares por turista, y se espera movilizar cerca de 150 mil visitantes, considerando posibles suspensiones por mal tiempo y el día de descanso mensual, según un acuerdo establecido.
La mayor parte del dinero se queda en los intermediarios, ya que a los permisionarios se les paga menos de mil pesos por turista, mientras que ellos venden el viaje a más de 200 dólares por persona, según informan los prestadores de servicio locales.
Silencio de Semarnat
En relación con la solicitud de ambientalistas y permisionarios de reducir el tiempo de avistamiento de cuatro a dos meses, de julio a agosto de cada año, la Semarnat no ha expresado una postura. Sus investigadores parecen no prestar atención al argumento de que en mayo sólo hay dos o tres ejemplares. En junio, aparecen grupos menores y en muchos casos, la cantidad no supera los 20 ejemplares, disminuyendo el número en septiembre.
Algunos críticos, bajo condición de anonimato, sugieren que hay un fuerte interés económico por parte de intermediarios en el comercio del avistamiento, quienes obtienen la mayor parte del cobro a los visitantes. Consideran que los altos funcionarios de la Semarnat podrían estar pasando por alto la realidad al no abordar esta cuestión.
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AT